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martes, 29 de mayo de 2007

Forma y contenido del habla

Hoy iba en la guagua sentado detrás del conductor. Entraron dos jóvenes. Uno le dijo al otro: “Aunque te hagan un contrato y te ganes unas perrillas, no dejes el ballierato”. Tal  vez tú digas: ¡qué mal hablan los canarios! Y ahondando en tu apreciación añadas: ¡qué falta de cultura! Y podrías tal vez seguir añadiendo algunas “valoraciones” o calificaciones más. Esta postura la llamaré la del juez, esto es, la de la persona que se cree con la autoridad  normativa para determinar quien habla bien y quien habla mal.


El lingüista, el científico de la lengua, analiza el fenómeno lingüístico en cuestión. Aprecia que se ha producido un cambio morfológico en la palabra “bachillerato” por parte de dos hablantes jóvenes. En concreto aprecia, por una parte, que la forma fónica /che/ ha sido sustituida por la forma fónica  /lle/, de manera que no dice “chi” sino “lli”, y por otra parte,  que donde va “lle” el joven ha dicho “e”. Una vez analizados con precisión los cambios morfológicos que se han producido en la pieza léxica en cuestión, se preguntará por qué se producen e indagará sus causas psicolingüísticas y sociolingüísticas.  Lo cierto es que el científico se dedica a estudiar el fenómeno lingüístico que nos ocupa y a explicar las causas de los cambios morfológicos. Comportamiento muy diferente del que se cree con la autoridad normativa para determinar quién habla bien y quien habla mal.

Tú te has criado en un entorno donde es habitual decir de ciertos terceros: es un inútil, un inepto y un gandul. Y también: es un irresponsable, un ignorante, no tiene ni idea de lo que dice. O como tú dijiste el otro día: eso es borreguismo.  De la persona que se comporta de este modo hay dos cosas que señalar: por una parte, desprecia a los demás, y por otra parte, se cree superior a los demás. Y despreciar y creerse superior es un comportamiento ético poco admirable. Mejor sería decir que es un mal comportamiento ético.  Ahondemos más: esta persona que se comporta como juez del habla ajena cree estar dotada de una excelsa moralidad, pero éticamente no es buena persona. Y la pregunta sería entonces: ¿puede ser una persona moralmente buena si no lo es éticamente? Yo creo que no. Te recuerdo que la moral es el ámbito de la relación de cada persona con su propia conciencia, mientras que la ética es el ámbito de la relación de cada persona con los demás.

Para que la persona que se cree superior a los demás se baje del pedestal habría que hacerle la siguiente invitación: pasa tus pensamientos a lenguaje escrito y hazlos públicos. Si lo hiciera, se podría observar que esa persona no es tan superior a los demás como ella misma cree. Tal vez se pondrían al descubierto varias cosas: que sus conocimientos no están fundamentados, que emplea una mala sintaxis, que en términos léxicos es pobre, que tiene una bajo dominio de los conectores lógicos, y un largo etcétera. Es muy fácil creerse superior cuando uno habla entre cuatro amigos o familiares. Más difícil resulta cuando se hace ante un auditorio mayor. Porque ante un auditorio mayor te encuentras con pensadores de tu misma altura y superiores.

Es posible que la persona que ha dicho “ballierato” sea peor hablante que quien dice bachillerato, pero en otras facetas de la vida es también posible que la persona que dice “ballierato” pueda darle muchas lecciones a la persona que dice “bachillerato”. Habría que ser más precavido, más recatado, en los juicios de valor sobre los demás. Tal vez quien emite el juicio de valor no esté en lo cierto, tal vez pueda ser más inculto de lo que se cree, y tal vez esté pecando de superficialidad. ¿Por qué? Porque el alma de la palabra es el significado y no su morfología. Y tras una mala morfología puede encerrarse un profundo significado, al igual que tras una harapienta vestimenta puede esconderse una bella persona.

Yo te recomendaría, querida Sara, que fueras más humilde, que te sintieras una más entre los demás, que te fijaras menos en la forma y más en el contenido. ¿Y cuál es el contenido de los dos jóvenes que hablaban en la guagua? Que un amigo aconsejaba al otro que no dejara de estudiar. Muy buen consejo sin duda. Y en eso me fijé yo.  Y los miré con afecto y admiración.

Espero que estas palabras te ayuden a meditar.

5 de octubre de 2007.

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