Cesar Flores ha dejado el siguiente comentario en mi
blog a propósito de mi trabajo “Precios irracionales”: “Usted confunde
irracional con subjetivo. Los precios en una economía de libre mercado son
determinados por el tira y afloja entre lo que los consumidores desean pagar y
lo que los productores desean recibir. Puede hacer una campaña concientizando a
la gente a que no vale la pena pagar 50 euros por ver a un artista, y si tiene
efecto la prédica los precios bajarían. El problema de meter al Estado a
determinar qué precio es justo en este caso es que solo podría poner un precio
a su capricho, o bien usando calculadora calcular que si un concierto cuesta
tanto y el artista en cuestión debe ganar tanto… dividido por la cantidad de
gente que asistiría… acá esta, x euros. No sería eficiente, porque el principal
factor de la ecuación, la asistencia, no es constante: usted habla de 4 mil
asistentes. Y si los interesados no son 4 mil sino 500, ¿costarían más las
entradas? Y si son 20 mil, ¿costarían menos? O sea, que algo más deseado sería
más caro que algo que no lo es”.
Responderé a las objeciones de Cesar Flores.
- Afirma Cesar que yo confundo irracional con subjetivo. Al inicio de mi trabajo definí el precio irracional como aquel precio que no se adecua a su valor. Luego si doy una definición de precio irracional, sobra la crítica. Otra cosa que es haya una definición de precio irracional distinta a la mía. Y si ese es el caso, que la ofrezca. La definición que aporta Cesar es la de precio según la economía convencional y no la de precio irracional.
- Afirma Cesar que “los precios en una economía de libre mercado son determinados por el tira y afloja entre lo que los consumidores desean pagar y lo que los productores desean recibir”. Hablo primero de los consumidores. Cuando cualquier persona quiere comprar alimentos, vestimentas y calzados, los productos tienen de antemano los precios establecidos. En los mercados actuales no existe ningún tira y afloja. Y en lo que afecta a los mercados de equipos y maquinarias, sucede lo mismo. Los precios vienen establecido de antemano. Cosa distinta son los descuentos que realiza el vendedor por causas varias. Si el comprador necesita una máquina de forma urgente, lo único que puede hacer es buscar entre la competencia el precio mejor. Con respecto a los deseos, afirmo lo siguiente. El precio que alguien desea pagar está determinado por su poder adquisitivo, esto es, por el dinero del que dispone. Y los precios que “los productores” quieren recibir están determinados por el precio de costo. De manera que si bien los deseos es un factor subjetivo, están enteramente determinados por factores objetivos: del lado del consumidor por el poder adquisitivo y del lado de los vendedores por el precio de costo.
- Respecto a la última cuestión que plantea Cesar, afirmo lo siguiente. En primer lugar se trata de establecer si hay precios irracionales, esto es, si hay precios que no corresponden al valor de los esfuerzos de sus creadores. Yo afirmo que sí. Y su base está en que las empresas privadas utilizan las fuerzas productivas acumuladas a lo largo de la historia por un sinfín de generaciones para provecho privado. En segundo lugar se trata de saber cómo debe actuar el Estado para corregir esas deficiencias. Hay una manera general de hacerlo: poner un tope superior a los ingresos personales. No habría que intervenir en los precios sino en los ingresos. El mercado seguiría funcionando “libremente”, pero toda aquella parte del precio que no se debe al esfuerzo personal de los vendedores sino que es obra de las conquistas sociales, sería requisado por el Estado y entregado de nuevo al conjunto de la sociedad en concepto de servicios y prestacionales sociales.
La verdad es que en este arenal de la economía no me siento muy autorizado para meterme, pero bueno, voy a opinar.
ResponderEliminarMe suena que el tema del valor y del precio ha suscitado muchas controversias e interpretaciones, incluso entre marxistas. Quiero decir, que no se podrá despachar en un artículo. No conocía el concepto de “precios irracionales”, que puede ser muy adecuado en aquellos casos tan determinados por lo subjetivo que pueden convertirse en irracionales (quizás sea muy fina la línea que separa a ambos, si es que les separa). Evidentemente en el mundo del arte, del espectáculo y similares, por su propia naturaleza de producir más bien subjetividades, es muy fácil que los triunfadores terminen poniendo un precio irracionalmente por encima del costo real. De todas formas, en sus argumentos hay cosas que no me cuadran, pero tampoco sé explicarlo ni rebatirlo. No veo claro que se dé la misma irracionalidad, por ejemplo, con los precios de automóviles, máquinas, tornillos… De bienes más tangibles.
Coincido más con Vd. y mucho menos o nada con Cesar Flores, porque pienso que nunca ha existido ni existirá el famoso mercado libre en perfecto equilibrio, ya que siempre han intervenido distintos otros poderes, dando lugar a sistemas mixtos en los que hegemónicamente no tenía mucha presencia la “mano invisible”. Hoy en día vemos aún más claramente como el poder del Estado protege (militarmente si es preciso) los grandes intereses y legisla dando más libertad al zorro en el gallinero. Pero es que además, el sistema capitalista en estado puro lleva en sí mismo el gen de la concentración y el monopolio, de los peces grandes que se eliminan, absorben, fusionan o asocian para comerse a los chicos. Hablar de la oferta y la demanda, de la capacidad de elección, etc., es bastante quimérico cuando el ciudadano consumidor (en el fondo, mayoritariamente trabajador sujeto a precio) y las pequeñas empresas, están en gran desventaja frente a las grandes corporaciones y sus aparatos publicitarios y coercitivos. Y si existe algún tipo de mercado, es ese periférico y salvaje al que han obligado los grandes a los pequeños. Miles de personas y pequeñas empresas compitiendo en una verdadera guerra de precios (salarios) a fin de ofrecer una mayor rentabilidad a los grandes grupos. Son éstos los que fijan los precios. Sé de lo que hablo como trabajador asalariado que ha trabajado toda su vida en empresas pequeñas.
Sus artículos pueden ser una buena base para un debate más profundo. Un saludo.