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domingo, 6 de noviembre de 2011

La lucha entre los signos y los objetos (5)

Estoy de acuerdo con lo planteado con Hernán a excepción de un pequeño matiz. Y veo apropiado el concepto de valor agregado o valor añadido del que hace uso Eva.


Reconociendo Hernán que los automóviles se compran porque satisfacen la necesidad de transporte, agrega que esto lo puede hacer cualquier vehículo y pone el ejemplo de Cuba. Cualquier vehículo satisface la necesidad de transporte, pero todos no lo hacen del mismo modo. En términos de calidad y prestaciones no es lo mismo un automóvil de los años sesenta que un automóvil del año 2011, no es lo mismo un automóvil Renault que un Merceden Benz  de alta gama.  Así que es conveniente distinguir entre la satisfacción de una necesidad y el modo en que es satisfecha; este aspecto distingue a unas épocas históricas de otras y a unas clases sociales de otras.



De todos modos debemos estar de acuerdo que un automóvil es en lo fundamental un valor de uso determinado y en consecuencia satisface unas necesidades particulares determinadas. El valor de uso es el valor básico del automóvil. Y sobre ese valor de uso se agregan, se superponen, valores sígnicos de distinta entidad. Eva señaló que la marca del coche es signo del estatus de su propietario. Hernán habló de que hay automóviles que tienen un valor afectivo para sus propietarios. También podemos hablar de un valor de identidad nacional, de un valor histórico, de un valor estético, etcétera. Todos estos valores pueden considerarse valores semióticos o valores sígnicos que se agregan al automóvil en cuanto valor de uso.  




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