Respondo
a Santiago Martínez. Escuchemos su primera objeción: “Por eso no estoy de
acuerdo con tu segunda proposición, la que explica por qué el saber filosófico
es el menos útil de los saberes “porque es el saber más alejado de la realidad”.
Estoy de acuerdo en que es el menos práctico, pero ¿por qué el menos útil? ¿Es
correcto identificar lo útil, o lo práctico, con lo real?”.
Respuesta.
Parto de la base de que todas las ideas tienen cierto grado de verdad y de
sentido. Así que no descarto por completo tus planteamientos. No obstante, te
explicaré por qué razón he hecho esa afirmación. Suelo escribir en Rebelión y en muchos de mis trabajos
trato asuntos relacionados con la economía. No hay duda que hoy día la economía
es uno de los saberes más necesarios y
la política una de las actividades más prácticas. Dada la actual crisis
económica que azota a la sociedad española, donde el paro afecta al 25 por 100
de los trabajadores, hablar de la sustancia y de Dios puede resultar inapropiado
e incluso frívolo. Procuro siempre actuar con tacto y sensibilidad. No
obstante, considero la filosofía un saber necesario y considero que puede tener
ciertas utilidades prácticas. Pero al ser el saber más alejado de la realidad,
deber ser el menos práctico. Me preguntas si la práctica tiene que ver con la
realidad, te respondo que sí. La filosofía es una actividad teórica, no una
actividad práctica. En consecuencia con la filosofía puedo modificar la
conciencia de quienes me leen, pero no modificar la realidad. En este sentido
podríamos afirmar que la filosofía tiene en relación con la práctica una
función mediadora.
Escuchemos
la segunda objeción de Santiago Martínez: “Reaccionar de modo formal es
analizar el lenguaje. No estoy de acuerdo con que se descalifique el modo
formal. Hay que delimitar los conceptos de causa y efecto. Si la causa se causa
a sí mismo, ¿qué es primero, la causa o el efecto? ¿O son simultáneos? Para que
no se produzca el absurdo, hay que partir de la base de que la causa es de alguna
manera anterior al efecto. Por lo mismo, y a pesar de que lo haya dicho el
mismo Hegel, “podemos pensar en algo que sea causa de sí mismo” es una
proposición sin sentido, porque “causa de sí mismo” es impensable”.
Respuesta.
El lenguaje puede ser analizado por medio de la lógica formal. No lo dudo. Yo
lo utilizo y de hecho he educado mi pensamiento con los grandes maestros de la
lógica formal. No obstante, no siempre es suficiente y no abarca todo lo que
puede abarcarse. Antes que surgiera la lógica formal la mayoría de los
filósofos analizaban las ideas, esto es, el lenguaje, de sus predecesores y
algunos lo hacían con un alto nivel. De todos modos, siempre habrá que
diferenciar lo que se promete de lo que después se obtiene. Así que remitámonos
al caso que nos ocupa.
La
relación de causalidad tiene un figura temporal: primero se produce la causa y
luego el efecto. Esto no lo niego ni puede negarse. Pero Spinoza, como muchos
otros filósofos, querían hacer compatible la idea de Dios con la razón. Así que
pensaron qué condiciones deben concurrir en Dios para que en verdad pudiera
existir. Así que hablemos primero de cual es el concepto de Dios de acuerdo con
la teología cristiana y con cualquier
teología mínimamente razonable. Dios ha existido siempre. Luego Dios es intemporal.
Dios no sólo ha visto y conoce el pasado sino que ya ha visto y conoce todo el
futuro. Luego Dios lo sabe todo. A Dios nadie lo ha creado. No hay causa que
explique la existencia de Dios. Si pensáramos en una causa anterior a la
existencia de Dios, ya Dios no sería tal Dios, sería un ente temporal. Luego si
no hay una causa anterior que explique la existencia de Dios, entonces Dios es
causa de sí mismo. Pero como no hay ente en la tierra o en cielo que sea causa
de sí mismo, entonces Dios no existe. Pero si existiera, tendría que ser causa
de sí mismo. Luego el concepto de causa de sí mismo es una exigencia que
plantea el concepto de Dios.
Cuando
dices que “causa de sí mismo” es imposible de pensar, no es cierto. Confundes
la existencia y el ser con el
pensamiento. Yo puedo pensar en un centauro, pero no existe. Puede pensar en
nubes verdes, pero no existen. Pensar puedo pensar lo que quiera, otras cosas
son la existencia y el ser. Luego yo
puedo pensar en un ente que sea causa de sí mismo aunque sé que no existe. Ser
y pensar son dos ámbitos distintos, representan la contradicción principal de
la filosofía, y puede haber igualdad entre ellos y puede haber diferencias. Así
que causa de sí mismo puede darse en el modo del pensar pero no en el modo del
ser.
Escuchemos
la tercera objeción de Santiago Martínez. “No obstante, no sé a que viene tu
última proposición. ¿Hay que deducir que “si alguien quiere convencerse de que
es imposible que Dios exista, entonces debe leer a Spinoza, o sería mejor
establecer que leyendo a Spinoza uno no se convence de la existencia de Dios,
lo cual no quiere decir que no exista”.
Respuesta.
Hoy día hay muchos científicos que creen en Dios. Pero es una creencia donde el
pensamiento está totalmente ausente. Nadie duda de que la sociedad estadounidense
tiene un gran desarrollo científico y en muchas esferas del saber están a la
cabeza. No obstante, la sociedad estadounidense es muy religiosa. ¿Cómo
explicar esta situación bajo el punto de vista de la teoría? La respuesta es
sencilla: la creencia en Dios no está sometida al juicio del pensamiento. La
existencia de Dios no se cuestiona. Pero no sólo es que la existencia de Dios
no se cuestione, sino que su ser tampoco se cuestiona. Por eso la creencia en
Dios puede mantenerse firme entre los círculos intelectuales de EEUU.
Cuando
empecé a leer la Ética de Spinoza me quedé sorprendido. No imaginaba que
alguien con un profundo y poderoso pensamiento podía formular ideas como estas
que te enumero: “Por Dios entiendo el Ente absolutamente infinito”; “Todo lo
que es, es en Dios; y nada puede ser ni concebirse sin Dios”; “Dios y todos sus
atributos son eternos”; “La existencia de Dios y su esencia son uno y lo
mismo”; “El Pensamiento es un atributo de Dios, o sea, Dios es una cosa
pensante”; “La Extensión es un atributo de Dios, o sea, Dios es una cosa
extensa”,… Si te fijas, estos juicios parecen extravagantes. Ningún científico
actual, creyente en Dios, sería capaz de formular esta clase de proposiciones.
Spinoza más que demostrar la existencia de Dios, que en ningún momento en
verdad lo hace, lo que hace es definir el ser de Dios. Y en esto es totalmente
consecuente. Y cuando se leen las propiedades del ser al que se denomina Dios,
si se vive con las exigencias de razón que plantean los tiempos modernos, tiene
que concluir que es imposible que Dios exista.
La
religión, incoada como está en el seno familiar, es una poderosa potencia ética
en la sociedad estadounidense. Luego si entre los círculos intelectuales
estadounidenses todavía la creencia en Dios se conserva, será por falta de valentía
y de libertad de pensamiento.
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