Sergio Aranda, miembro del foro Pensamiento y Filosofía, tras leer mi trabajo La visión integral del ser humano formula el siguiente
planteamiento: “¿Tienen realmente los seres humanos distintos modos del ser?, o
más bien existen distintos modos de ser interpretados y comprendidos por un
observador según su particular área de interés. Todo organismo es una unidad
operacional indivisible, ninguno de sus procesos internos puede considerarse
realmente independiente de otro, así pues me parece que desde un punto de vista
materialista hablar de modos de ser constituye un reduccionismo que
eventualmente puede parecer funcional al desarrollo de algún tipo de
conocimiento”.
El planteamiento de Sergio afecta a tres áreas del
conocimiento filosófico: el lógico teórico, el ontológico y el epistemológico.
Bajo el punto de vista lógico teórico el problema que plantea Sergio se
refiere, en parte, a la contradicción entre unilateralidad y multilateralidad,
y en parte, a la contradicción entre unidad y multiplicidad. La primera
contradicción la resuelvo en el ámbito de la antropología. El ser humano es
unilateral bajo el punto de vista de su función de trabajo, solo produce un
determinado servicio o bien, mientras que es multilateral bajo el punto de
vista de sus necesidades: para vivir necesita de una gama muy variada de bienes
y servicios. Y cada función de trabajo puede entenderse como uno de los modos
del ser de los seres humanos. Cuando Sergio afirma que el ser humano es una
unidad operacional indivisible, no implica que esa indivisibilidad haga que el
ser humano sea un productor multilateral. La indivisibilidad no supera la
unilateralidad del ser humano en cuanto lo consideramos bajo su modalidad del
ser trabajado o productor.
Sin duda que el ser humano es uno. Pero si solo lo
consideráramos como uno, tendríamos una concepción del ser humano sumamente
abstracta. El ser humano en tanto organismo es un ser compuesto de muchas
partes y funciones. En el ser humano no solo hay unidad sino también
multiplicidad. Sin duda que cada parte o función del organismo humano no existe
de modo independiente del resto de las partes y funciones, y ahí estoy de
acuerdo con Sergio. Pero el concepto de múltiples modos del ser no implica la
existencia independiente de las distintas partes del organismo. Pongamos un
ejemplo concreto. Pensemos en un pintor. Bajo el punto de vista de la
subjetividad, sus ojos adquirirán un desarrollo más intelectivo y conceptual
que, por ejemplo, su oído; y bajo el
punto de vista de la objetividad, el color será el modo del ser en que el
pintor representa el mundo. Y esta unilateralidad en la función del trabajo y
en la condición del objeto sobre el que realiza su trabajo, no implica en
ningún caso la independencia de los ojos respectos al resto de las partes
orgánicas del ser humano como tampoco supone la independencia del color
respecto de las partes de las que se compone el objeto. Pero por la misma razón
la no independencia de cada parte y función del resto de las partes y funciones
del organismo, niega que cada parte y función sea una modalidad distinta del
ser humano.
En los Manuscritos
de Economía y Filosofía Marx hace la siguiente afirmación: “Un objeto es
distinto para el ojo que para el oído y el objeto del ojo es distinto que el
del oído. La peculiaridad de cada fuerza esencial es precisamente su ser peculiar, luego
también el modo peculiar de su objetivación, de su ser objetivo real, de su ser
vivo”. Y así es: el pintor produce cuadros, objetos para la vista; y el músico
produce piezas musicales, objetos para el oído. El objeto lo es de un sentido y
el modo en que el objeto es para el ojo es distinto del modo en que es para el
oído, para el ojo el objeto es color y para el oído es sonido. Y no solo hay
una peculiaridad en cada fuerza esencial humana, una peculiaridad del modo del
ser, sino también en su objetivación: el
pintor produce objetos hechos de colores y el músico objetos hechos de sonidos.
Así que la unidad operacional que suponemos en el organismo humano, en nuestro
caso, en el pintor y en el músico, no
niega la peculiaridad en el modo del ser de cada fuerza esencial humana y en su
objetivación. Esta idea de que los entes en general, los humanos y los que no
lo son, tienen múltiples modos del ser, queda aún más reforzada cuando leemos a
Luria en su obra Sensación y percepción:
“Un estudio cuidadoso de la evolución de los órganos de los sentidos muestra
convincentemente cómo en el proceso de un largo desarrollo histórico fueron
constituyéndose órganos receptivos especiales (los órganos de los sentidos o
receptores) que iban especializándose en el reflejo de ciertos tipos y formas
de movimiento de la materia objetivamente existentes: los receptores cutáneos
reflejando las influencias mecánicas; los auditivos, las vibraciones sonoras;
los visuales, determinados diapasones de las oscilaciones electromagnéticas,…”.
Resumamos. Bajo el punto de vista lógico teórico no
hay contradicción excluyente entre la unidad
y la multiplicidad. La unidad del organismo supone un ente compuesto de
partes y diversas funciones. Bajo el punto de vista ontológico antropológico no
existe contradicción excluyente entre el carácter unilateral de la función del
trabajo y el carácter multilateral de las necesidades. Y bajo el punto de vista
epistemológico, esto es, en tanto consideramos el ser humano en su función de
conocimiento, la unidad de su ser no niega la diversidad de los modos del ser
de sus fuerzas esenciales y de su objetivación.
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