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viernes, 15 de junio de 2007

El problema de lo real

Como soy materialista no me cuestiono de ningún modo si el mundo exterior a mí existe o no existe. No  obstante, si estoy inmerso en reflexiones fenomenológicas, siguiendo a Descartes y a Husserl, entonces me parece razonable pensar que a todo lo que existe fuera de la conciencia hay que ponerle el índice cero.  Pero en ningún momento esta adscripción del índice cero a todo lo trascendental supone dudar de que el mundo exterior exista.


Yo soy filósofo y amo la filosofía. No obstante, algunas veces pienso que los filósofos se exceden en sus extravagancias y que viven muy apartados del mundo. O mejor sería decir que cuando piensan parecen que lo hacen fuera del mundo. No tengo duda de que la percepción y la conciencia participan en la construcción del mundo, pero menos dudas tengo de que en esa construcción también participan las manos y lo que empuñan las manos.

Creo que los filósofos le dan a la conciencia y al lenguaje un desmedido protagonismo en la construcción de la realidad. En Irak, que es una parte de la realidad, desde la invasión de EEUU en marzo de 2003 se han producido más de 600.000 muertos. Aquí no se trata de la construcción de la realidad sino de su destrucción. Sin duda que la conciencia ha tenido aquí también su participación, pero más lo han tenido los cazas, los tanques, las ametralladoras, los fusiles, las pistolas, las bombas…

24 de noviembre de 2007.

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