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miércoles, 21 de mayo de 2003

El influjo del signo en la propiedad

(Las ideas que expondré a continuación están tomadas, con leves modificaciones, de la obra de G.W.F. Hegel titulada Principios de la Filosofía del Derecho)

Partimos de la base de que la Tierra en su origen tenía la condición negativa de no ser propiedad de nadie. A continuación establecemos la premisa de que el hombre en tanto voluntad libre tiene el derecho de apropiarse de cualquier cosa. Pero para que exista la propiedad no basta con que una persona diga que una cosa es suya, es necesario además que tome posesión de ella, único modo en que su voluntad será reconocible por los otros. Expresado en términos semióticos lo diremos así: si digo que algo es mío, le estoy dando a ese algo el predicado de que es mío. Pero ese predicado no aparece en ese algo de forma objetiva, y por lo tanto no resulta reconocible por los otros. De ahí que además del acto de voluntad de que algo es mío, sea necesaria la toma de posesión de ese algo, haciendo así objetivo aquel predicado.


Hay tres tipos de toma de posesión: la apropiación corporal inmediata, la elaboración y la simple designación.  A juicio de Hegel los tres tipos de toma de posesión tienen en mayor o menor grado el influjo del signo.

2a. Apropiación corporal inmediata. Caminando río arriba veo una pepita de oro y digo: “esa pepita de oro es mía”. Esto es un mero acto de voluntad, pendiente todavía de realización, y de momento no reconocible por los otros. ¿Qué es necesario para que esa pepita de oro sea mía ante los ojos de los demás? ¿Qué es necesario para que mi voluntad se haga objetiva en la pepita de oro? La toma de posesión. Cuando yo tome en mis manos la pepita de oro, el predicado de que es mía se habrá vuelto objetivo y, por consiguiente, resultará reconocible por los demás. Hablemos ahora del influjo del signo: la pepita de oro en el río es un mero objeto exterior, mientras que LA PEPITA DE ORO EN MIS MANOS ES SIGNO DE QUE LA PEPITA DE ORO ES MÍA. Hegel dice a este propósito: “La apropiación corporal es desde el punto de vista sensible  el modo más perfecto, pues en esta posesión estoy inmediatamente presente y mi voluntad resulta por lo tanto reconocible”. ¿Por qué la apropiación corporal inmediata es la más perfecta bajo el punto de vista sensible? Porque nosotros vemos la pepita de oro en manos de su poseedor. El poseedor está inmediatamente presente con la pepita de oro, de modo que no puede haber duda de que es su legítimo propietario.

2b. Apropiación por elaboración.  Escuchemos primero a Hegel: “Por medio de la elaboración la determinación de que algo es mío recibe una exterioridad existente por sí y deja de estar limitada a mi presente en este espacio y en este tiempo”. “La elaboración es la toma de posesión más adecuada a la idea porque reúne en sí lo objetivo y lo subjetivo”. (Digo entre paréntesis que Hegel entiende por idea el concepto más su realización. Así la idea de propiedad es el concepto de propiedad más su realización: la toma de posesión. Así también la idea de mesa es el concepto de mesa más la existencia particular de la mesa (las llamadas mesas reales). Ahí están las pepitas de oro (lo objetivo), y aquí estoy yo (lo subjetivo). Ahora mediante una determinada actividad conforme a un fin transformo el oro en copa de oro, o lo que es lo mismo, le doy al oro (la materia) la forma de copa. Por lo tanto, la copa de oro se presenta como la unidad entre lo objetivo (el oro) y lo subjetivo (la forma de copa). El oro es obra de la naturaleza, pero su forma es obra mía. Hablemos ahora del influjo del signo: Ahora no necesito tener el oro (la materia) en mis manos para demostrar que es mío ni estar inmediatamente presente con él, LA FORMA DE COPA DEL ORO ES SIGNO DE QUE EL ORO ES MÍO, aunque yo esté ausente. No estoy inmediatamente presente con el oro, pero si lo estoy en forma mediata, mediante la forma de copa que tiene el oro.

3b. Toma de posesión por designación. Escuchemos primero a Hegel: “la toma de posesión que no es por sí real, sino que sólo representa mi voluntad, es un signo sobre la cosa cuyo significado es que he depositado mi voluntad en ella”. “La toma de posesión por la designación es la más perfecta de todas”. Si tomo posesión de una tierra mediante escritura pública (mediante un signo), la tierra me pertenece sin que esté en mis manos, como en el caso de la pepita de oro, y sin que yo la haya trabajado, como en el caso de la copa de oro. ¿Por qué dice Hegel que esta toma de posesión no es por sí real? Porque cuando observamos la tierra no vemos a su propietario a su lado, ni vemos que la tierra haya sido trabajada. ¿Y por qué dice que es la más perfecta? Porque mediante la escritura (el signo) se puede delimitar con total precisión la extensión y los límites de la propiedad, circunstancia que no se asegura con la toma de posesión mediante elaboración, e irrealizable como apropiación corporal inmediata (no podemos coger una parcela de tierra  en nuestras manos).

Resumiendo: en el primer caso  LA PEPITA DE ORO EN MIS MANOS ES SIGNO DE QUE LA PEPITA DE ORO ES MÍA, en el segundo caso LA FORMA DE COPA ES SIGNO DE QUE EL ORO ES MÍO, y en el tercer caso LA ESCRITURA ES SIGNO DE QUE LA TIERRA ES MÍA.

   

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