Lo contrario de una entidad acabada es una entidad
en proceso de desarrollo y de elaboración. El sujeto no nace hecho y nunca está
hecho por completo. Es cierto que vive distintas fases de consumación de
experiencias, pero ninguna de ellas produce
el yo en forma acabada.
Igual sucede con el objeto. Nunca existe de forma
acabada para siempre. El ser humano siente la necesidad de estar cambiando
continuamente su entorno, nada lo deja como estaba ayer, y al cambiar el objeto
se cambia a sí mismo.
Así que sujeto y objeto son entidades en procesos de
desarrollo, de elaboración y de transformación.
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