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domingo, 4 de junio de 2000

La economía política

En la actual economía política burguesa, dominante en los países miembros de la UE, se señala como objetivo prioritario la creación de empleo. De esta economía política participan tanto los partidos de la derecha y las organizaciones empresariales como las organizaciones sindicales y los partidos de la izquierda. De manera que todo el mundo cree que el objetivo económico número uno no puede ser otro que la creación de empleo. Y esto parece ser lo justo y lo razonable.

Al mismo tiempo se habla de que para crear empleo es necesario que crezca la economía. Pero la economía crece si los empresarios obtienen beneficios cuantiosos; puesto que si no hay beneficios o son muy pequeños, no hay inversión y, por lo tanto, no se crea empleo. No hay que estar contra de los beneficios ni en contra de que sean cuantiosos, puesto que cuanto mayores sean, mayores serán las posibilidades de crear empleo. Por lo tanto, bajo aquel objetivo “primero” de crear empleo se oculta el objetivo básico de que los capitalistas maximicen sus beneficios.
Ahora bien, las empresas pueden maximizar sus beneficios cuando los salarios son razonables. Si los salarios experimentan un alza más allá de lo razonable mermando considerablemente los beneficios, entonces los capitalistas no invierten. Arriesgan su dinero si obtienen el beneficio normal; en caso contrario, no lo arriesgan. Y si el capitalista no arriesga su dinero, no hay inversión y, por lo tanto, no se genera empleo. Por lo tanto, al objetivo básico de maximizar los beneficios se une el objetivo básico de minimizar los salarios.
A esto se reduce la esencia ideológica de la economía política burguesa moderna: bajo el objetivo aparentemente socialista de crear empleo se ocultan los dos objetivos básicos del modo capitalista de producir riqueza: maximizar los beneficios y minimizar los salarios. Para crear empleo se le pide al obrero que congele su nivel de vida, mientras que al capitalista se le pide que maximice sus beneficios.  Hay que tener en cuenta que maximizar los beneficios tiene dos significados concretos: por un parte, significa que aumenta el patrimonio empresarial del capitalista, y por otra parte, significa que aumenta su patrimonio personal. Por lo tanto, el objetivo esencial de la economía política burguesa no es otro que el enriquecimiento del capitalista y la congelación del nivel de vida del obrero.
Lo peor de todo esto para la causa socialista es que los partidos de la izquierda y los sindicatos viven atrapados en los conceptos de la economía política burguesa. Y los obreros no se liberarán jamás del agobiante dominio de los capitalistas si los partidos de la izquierda y los sindicatos no se liberan de los conceptos de la economía política burguesa. Y esta liberación conceptual sólo será posible estudiando El Capital de Carlos Marx. Es la única obra teórica de  que disponen los obreros para hacerse con una ideología independiente de la ideología de la economía política burguesa. 

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