Hace meses Rebelión publicó un trabajo de Salvador López Arnal sobre la valoración que hizo Manuel Sacristán sobre Lenin en tanto filósofo. Entre otras cosas, Sacristán afirmaba que Lenin no era un filósofo profesional y que no tenía en cuenta los matices. Lo de filósofo profesional no termino de entenderlo. (Si el lector quiere saber qué es un filósofo, de acuerdo con mis propias conjeturas, le recomiendo que lea un trabajo mío titulado justamente Qué es un filósofo. Aquí les dejo el enlace: http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/2025/03/que-es-un-filosofo-o-filosofa.html ). Creo que, a los filósofos, como a cualesquiera otros pensadores, hay que evaluarlos por la calidad y originalidad de sus productos teóricos y por su influencia en la historia universal. No entiendo cómo puede establecerse si un filósofo es “profesional” y quienes están autorizados para dictar tal catalogación.
La obra teórica de Lenin
preferentemente seleccionada por Sacristán se titula Materialismo y
empiriocriticismo. He de decir que el planteamiento básico de Sacristán es
erróneo. La contradicción principal de la filosofía, si seguimos las
directrices de Engels, es la existente entre ser y pensamiento, que es lo mismo
que decir entre práctica y teoría. Y pregunto: ¿En que obras teóricas de Lenin,
que escribió una cantidad ingente de ellas, contenidas nada menos que en 42
gruesos tomos, no tuvo en cuenta la contradicción entre teoría y práctica?
Respuesta: en ninguna. ¿Cómo puede entonces evaluarse el pensamiento filosófico
de Lenin teniendo en cuenta solamente una o varias de sus obras teóricas y no
la totalidad de su producción teórica? Respuesta: de manera insuficiente e
incorrecta.
Después de Marx y Engels
no hay pensador marxista más grande y significativo en la historia universal
que Lenin. Pero Lenin tenía una enorme ventaja sobre Marx y Engels: dirigió la
primera revolución socialista con éxito inicial que se realizó en el mundo. Y
eso son palabras mayores, muy mayores. Pero hay más: esta revolución se produjo
con adversas condiciones objetivas: Rusia era un país semicapitalista,
semifeudal y con una clase trabajadora que representaba el ocho por ciento de
la población total. Si, por una parte, seguimos la línea marxista de que no se
trata de interpretar de un modo nuevo el mundo sino de transformarlo, y, por
otra parte, que una de las contradicciones fundamentales de la filosofía
revolucionaria es la existente entre condiciones objetivas y condiciones
subjetivas, es evidente que Lenin debe ser considerado uno de los pensadores
filosóficos más importantes de la historia universal. Así que no entiendo ni
comparto la valoración de Sacristán.
Hablemos entonces de
historia universal. Consideremos solo el periodo 1905-1922. En Europa
occidental se daban las condiciones objetivas más idóneas para una revolución
socialista. Pero no hubo ninguna revolución socialista. Se produjo todo lo
contrario: la primera guerra mundial. Mientras que, en Rusia, la parte más
atrasada de Europa, sí se produjo la primera revolución socialista: un hito
histórico de primera magnitud. Pero ¿cómo fue posible que, en la parte más
atrasada de Europa, donde la clase obrera representaba el ocho por ciento de la
población, se produjera la primera revolución socialista de la historia
universal? Gracias a la existencia del poderoso partido bolchevique, con Lenin
a la cabeza; gracias a que las condiciones subjetivas, una de las dos condiciones
necesarias para que se produzca una revolución, estaban notablemente
desarrolladas y fortificadas. El nivel teórico del partido bolchevique era de
primera categoría, en sus filas destacaban geniales figuras: además de Lenin,
cabe mencionar a Trotsky, Bujarin, Zinoviev, y a tantos otros que ahora no
recuerdo. Si somos partidarios de que los filósofos no deben dedicarse a
formular una nueva visión del mundo, sino a transformarlo, queda claro que
Lenin fue uno de los grandes, tal vez el más importante, de los filósofos
marxistas del siglo XX. Así que repito: decir que Lenin no era un filósofo
profesional tiene muy poco sentido y nulo valor histórico. Otra cuestión: el
fracaso del socialismo real no debemos buscarlo prioritariamente en el derrumbe
de la Unión Soviética ni en los derroteros que ha seguido China desde 1978,
sino en Europa occidental y en EEUU, en los países más avanzados del
capitalismo, y especialmente en el fracaso de la formación de un partido obrero
y socialdemócrata con la capacidad para transformar el capitalismo en
socialismo.
Hablemos ahora de los
matices. En la actualidad, en la moderna organización y administración de
empresa, se distinguen dos tipos de directivos: el perceptivo y el estratégico.
Si Lenin estuviera vivo, todas las grandes compañías del mundo se matarían
entre sí por contratarlo. ¿Por qué? Porque Lenin era un perceptivo de
primerísimo nivel y un estratega igualmente de primerísimo nivel. Examinemos el
periodo 1905-1922. Desgraciadamente Lenin falleció pronto: 1923. Durante este
periodo Lenin no cesó de cambiar de táctica, de objetivos estratégicos y la
secuencia de los objetivos estratégicos. Solo considerando el salto de la
revolución democrática a la revolución socialista en Rusia bajo la dirección
del partido bolchevique, nos podemos hacer una idea de hasta que punto Lenin
tenía en cuenta los más leves matices que se producían no solo en las
condiciones objetivas, sino también en las condiciones subjetivas. Un
perceptivo es una persona que capta los más leves cambios que se producen en la
realidad y, en consecuencia, propone cambios en las políticas que promueve la
dirección de un organismo empresarial o de un partido político. Y eso era
Lenin: un perceptivo de primerísimo nivel. De ahí que sea absolutamente falso
que Lenin no tuviera en cuenta los matices.
Tengamos ahora en cuenta
los textos teóricos de Lenin. No sé de donde sacaba tanto tiempo Lenin para
escribir y al nivel teórico que lo hacía. Porque esto es otra cosa: el nivel
teórico de Lenin era altísimo. Otra cuestión: Lenin escribía muy bien, muy
claro y muy preciso. En la literatura de Lenin nunca el lenguaje ocupó el lugar
del pensamiento. Nuca escribió para la galería y para lucirse. También era
cierto que el partido bolchevique disponía de una nutrida y excelente
vanguardia teórica. Pensemos solo en Plejanov, que no lo mencioné antes. Un filósofo de alto nivel. Muy respetable.
Cuando te pones a estudiar los textos teóricos de Lenin, contenidos como dije
antes en 42 voluminosos libros, es fácil ver al instante que no cesaba en la
lucha ideológica y que todo lo matizaba. La adaptación de sus ideas a los
cambios que se producían en las condiciones objetivas era una constante. Hay
textos teóricos de Lenin que son verdaderas maravillas y ejemplos de lo que en
realidad es un pensador materialista y dialéctico. Y hacía lo que él admiraba
en Bujarin: buscar las raíces teóricas de todos lo problemas económicos,
políticos e ideológicos. ¿Cómo puede afirmarse entonces que Lenin no tenía en
cuenta los matices? Para mí resulta
incomprensible la afirmación de Sacristán.
Sigamos. Si nos
preguntáramos cuál es el líder teórico que mejor y más profundamente ha
conocido el pensamiento de Marx y Engels, no debe haber duda en la respuesta:
Lenin. Llevo estudiando filosofía desde hace 50 años y puedo afirmar que no he
visto un lector más eficaz de la filosofía de Hegel, con lo tremendamente
abstracta que es, que Lenin. Tiene la virtud de que puede leer los textos de Hegel
con un sentido materialista del que los grandes teóricos del marxismo
occidental han estado y están muy lejos. Les transcribo ahora unas palabras de
Lenin contenidas en sus Cuadernos Filosóficos: “Kuno Fischer expone muy
pobremente estas consideraciones “abstrusas”, tomando los puntos más fáciles,
pero no muestra al lector cómo buscar la clave de las difíciles transiciones,
matices, flujos y reflujos de los conceptos abstractos de Hegel”. La tarea, según Lenin, a la hora de estudiar
el pensamiento de Hegel, consiste en descubrir la clave de las difíciles
transiciones, matices, y flujos y reflujos de los conceptos abstractos de
Hegel”. Dada estas afirmaciones, ¿cómo puede entonces Sacristán decir que Lenin
no tenía en cuenta los matices? No lo sé. Resulta inexplicable.
En los años setenta, en
la extrema izquierda, se leía mucho las obras escogidas de Lenin, obras
teóricas preferentemente dedicadas a la lucha de clases. En esas obras teóricas
faltaban un sinfín de otras obras teóricas de Lenin de gran nivel y de gran utilidad.
Desgraciadamente los derroteros que ha tomado la historia universal, y en
especial en Rusia, ha hecho que Lenin haya quedado relegado en los trasteros de
la historia. Pero es necesario hacer justicia histórica con Lenin y poner en
circulación entre las vanguardias marxistas muchos de sus textos teóricos.
Muchos liberales reformistas se quedarían sorprendidos de su excelente nivel
teórico y de su aguda inteligencia. Centrémonos solo en el tomo I de las obras
completas de Lenin. Les transcribiré unas pequeñas citas que dan fe de la
inteligencia de Lenin. Aquí va la primera referida a pensamiento y lenguaje:
“…la lengua le ha sido dada al hombre para ocultar su pensamiento o para dar
forma de pensamiento a la vacuidad”. La fuerza de verdad de esta idea es
enorme. La política actual, en especial la española, está salpicada de este
procedimiento: la lengua sirve para ocultar el pensamiento y para dar forma de
pensamiento a la vacuidad. Aquí va la segunda cita, referida a la contradicción
entre determinismo y libre albedrío y entre necesidad histórica e individuo: “Es
que este es uno de los temas preferidos por el filósofo subjetivista: la idea
del conflicto entre el determinismo y la moralidad, entre la necesidad
histórica y la importancia del individuo. (.) La idea del determinismo que
establece la necesidad de los actos del hombre y rechaza la absurda leyenda del
libre albedrío, no niega en un ápice la inteligencia ni la conciencia del
hombre, como tampoco la valoración de sus acciones. (.) Del mismo modo, tampoco
la idea de la necesidad histórica menoscaba en nada el papel del individuo en
la historia: toda la historia se compone precisamente de acciones de individuos
que son indudablemente personalidades. El verdadero problema que surge al
valorar la actuación del individuo consiste en saber qué condiciones aseguran
el éxito de esta actividad, qué garantiza que esta actividad no resultará un
acto aislado que se pierda en el mar de los actos opuestos”. Es evidente que
estas ideas de Lenin son muy poderosas y ricas en determinaciones. Nos advierte
que no hay que menoscabar el papel del individuo en la construcción de la sociedad,
error en el que incurrió la extrema izquierda y el modelo soviético del
socialismo. Pero el genial Lenin nos advierte a este respecto del problema
principal: ¿Qué condiciones aseguran el éxito de la actuación social del
individuo? El partido bolchevique supo resolver en su momento y de modo exitoso
este problema, sin embargo, los partidos socialdemócratas de Europa occidental
de aquel momento no lo supieron resolver. Les transcribo ahora una última cita que
tiene plena actualidad y que creo que subscribirían muchos liberarles
reformistas, esto es, liberales que creen que en el éxito económico del
individuo hay mucha participación de la sociedad y que, en consecuencia, debe
ser devuelto a la sociedad en forma de impuestos. La cita trata del mercado, el
cálculo social y la desigualdad: “El producto de cada productor aislado,
destinado a ser consumido por otros, puede llegar al consumidor y dar al
productor el derecho a percibir otro producto social, solo después de haber
tomado la forma de dinero, es decir, que ha sido sometido previamente al
cálculo social, tanto en su aspecto cualitativo como cuantitativo. Pero ese
cálculo se efectúa a espaldas del productor, a través de las oscilaciones del
mercado. Estas, desconocidas para el productor e independientes de él, no
pueden menos que engendrar la desigualdad entre los productores y acentuarla,
arruinando a unos y dando a otros el dinero=producto del trabajo social”. En
esta cita se pone de manifiesto que Lenin tenía un altísimo dominio de la
economía mercantil y hablaba de ella de una manera muy resuelta. (Aquí también
hay filosofía). Pero ese dominio también lo tenía de la economía capitalista. Y
señala una de las consecuencias del mercado capitalista en todos los tiempos:
la desigualdad: la ruina de unas personas y el enriquecimiento de otras. Y
destaca que el dinero, este concepto les falta a los liberales reformistas, es
un producto social y, en consecuencia, debe haber sobre él un control social.
He trascrito tres citas
del tomo I de las obras completas de Lenin. Hemos podido comprobar que Lenin es
un pensador de primer nivel. De este tomo se pueden extraer muchas más citas que
para la educación teórica van perfectas. Piensen ahora, atentos lectores, que
hay 41 tomos más, de los cuales también se pueden extraer muchas otras citas
novedosas y teóricamente impecables. El nivel filosófico de Lenin es
incuestionable. Así que no entiendo la valoración de Sacristán. Me parece
totalmente desacertada. Pensemos en lo siguiente. De acuerdo con La
ideología alemana, la verdadera división del trabajo se produce con la
división del trabajo en físico y espiritual. Y añaden los autores de esa obra
que desde ese entonces los conceptos pueden representar algo distinto de la
práctica existente. Dicho de otra forma: en los enseñantes en general, incluido
los profesores de universidad, los conceptos se presentan separados de las
percepciones. Pero como también resulta que el 80 por ciento del conocimiento
es mediato, esto es, se produce por medio de los libros y las informaciones
facilitadas por los medios audiovisuales, resulta que la percepción se separa
de la vivencia. Una cosa es vivir el apocalipsis que se está produciendo en
Gaza, y otra muy distinta es verla en el televisor, donde hay percepción, pero
no vivencia. Y esto es lo que les sucede a los enseñantes: disponen de
conceptos enajenados de las percepciones y disponen de percepciones enajenadas
de las vivencias. Nada de esto se producía en Lenin: sus conceptos estaban muy
nutridos de percepciones y sus percepciones estaban fuertemente unidas a las vivencias.
Así que repito: tenemos que hacer justicia con Lenin. Debería ocupar en la
historia universal, incluido su papel como pensador o filósofo, el nivel que en
justicia y en verdad se merece. Y es estelar. Yo lo admiro muchísimo y le doy
las gracias por ayudarme a pensar y a entender el mundo y el pensamiento de
Marx, Engels y Hegel.
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