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jueves, 27 de marzo de 2025

Algunas palabras sobre Lenin

 

 

Hace meses Rebelión publicó un trabajo de Salvador López Arnal sobre la valoración que hizo Manuel Sacristán sobre Lenin en tanto filósofo. Entre otras cosas, Sacristán afirmaba que Lenin no era un filósofo profesional y que no tenía en cuenta los matices. Lo de filósofo profesional no termino de entenderlo. (Si el lector quiere saber qué es un filósofo, de acuerdo con mis propias conjeturas, le recomiendo que lea un trabajo mío titulado justamente Qué es un filósofo. Aquí les dejo el enlace: http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/2025/03/que-es-un-filosofo-o-filosofa.html ). Creo que, a los filósofos, como a cualesquiera otros pensadores, hay que evaluarlos por la calidad y originalidad de sus productos teóricos y por su influencia en la historia universal. No entiendo cómo puede establecerse si un filósofo es “profesional” y quienes están autorizados para dictar tal catalogación.

La obra teórica de Lenin preferentemente seleccionada por Sacristán se titula Materialismo y empiriocriticismo. He de decir que el planteamiento básico de Sacristán es erróneo. La contradicción principal de la filosofía, si seguimos las directrices de Engels, es la existente entre ser y pensamiento, que es lo mismo que decir entre práctica y teoría. Y pregunto: ¿En que obras teóricas de Lenin, que escribió una cantidad ingente de ellas, contenidas nada menos que en 42 gruesos tomos, no tuvo en cuenta la contradicción entre teoría y práctica? Respuesta: en ninguna. ¿Cómo puede entonces evaluarse el pensamiento filosófico de Lenin teniendo en cuenta solamente una o varias de sus obras teóricas y no la totalidad de su producción teórica? Respuesta: de manera insuficiente e incorrecta.

Después de Marx y Engels no hay pensador marxista más grande y significativo en la historia universal que Lenin. Pero Lenin tenía una enorme ventaja sobre Marx y Engels: dirigió la primera revolución socialista con éxito inicial que se realizó en el mundo. Y eso son palabras mayores, muy mayores. Pero hay más: esta revolución se produjo con adversas condiciones objetivas: Rusia era un país semicapitalista, semifeudal y con una clase trabajadora que representaba el ocho por ciento de la población total. Si, por una parte, seguimos la línea marxista de que no se trata de interpretar de un modo nuevo el mundo sino de transformarlo, y, por otra parte, que una de las contradicciones fundamentales de la filosofía revolucionaria es la existente entre condiciones objetivas y condiciones subjetivas, es evidente que Lenin debe ser considerado uno de los pensadores filosóficos más importantes de la historia universal. Así que no entiendo ni comparto la valoración de Sacristán.

Hablemos entonces de historia universal. Consideremos solo el periodo 1905-1922. En Europa occidental se daban las condiciones objetivas más idóneas para una revolución socialista. Pero no hubo ninguna revolución socialista. Se produjo todo lo contrario: la primera guerra mundial. Mientras que, en Rusia, la parte más atrasada de Europa, sí se produjo la primera revolución socialista: un hito histórico de primera magnitud. Pero ¿cómo fue posible que, en la parte más atrasada de Europa, donde la clase obrera representaba el ocho por ciento de la población, se produjera la primera revolución socialista de la historia universal? Gracias a la existencia del poderoso partido bolchevique, con Lenin a la cabeza; gracias a que las condiciones subjetivas, una de las dos condiciones necesarias para que se produzca una revolución, estaban notablemente desarrolladas y fortificadas. El nivel teórico del partido bolchevique era de primera categoría, en sus filas destacaban geniales figuras: además de Lenin, cabe mencionar a Trotsky, Bujarin, Zinoviev, y a tantos otros que ahora no recuerdo. Si somos partidarios de que los filósofos no deben dedicarse a formular una nueva visión del mundo, sino a transformarlo, queda claro que Lenin fue uno de los grandes, tal vez el más importante, de los filósofos marxistas del siglo XX. Así que repito: decir que Lenin no era un filósofo profesional tiene muy poco sentido y nulo valor histórico. Otra cuestión: el fracaso del socialismo real no debemos buscarlo prioritariamente en el derrumbe de la Unión Soviética ni en los derroteros que ha seguido China desde 1978, sino en Europa occidental y en EEUU, en los países más avanzados del capitalismo, y especialmente en el fracaso de la formación de un partido obrero y socialdemócrata con la capacidad para transformar el capitalismo en socialismo.

Hablemos ahora de los matices. En la actualidad, en la moderna organización y administración de empresa, se distinguen dos tipos de directivos: el perceptivo y el estratégico. Si Lenin estuviera vivo, todas las grandes compañías del mundo se matarían entre sí por contratarlo. ¿Por qué? Porque Lenin era un perceptivo de primerísimo nivel y un estratega igualmente de primerísimo nivel. Examinemos el periodo 1905-1922. Desgraciadamente Lenin falleció pronto: 1923. Durante este periodo Lenin no cesó de cambiar de táctica, de objetivos estratégicos y la secuencia de los objetivos estratégicos. Solo considerando el salto de la revolución democrática a la revolución socialista en Rusia bajo la dirección del partido bolchevique, nos podemos hacer una idea de hasta que punto Lenin tenía en cuenta los más leves matices que se producían no solo en las condiciones objetivas, sino también en las condiciones subjetivas. Un perceptivo es una persona que capta los más leves cambios que se producen en la realidad y, en consecuencia, propone cambios en las políticas que promueve la dirección de un organismo empresarial o de un partido político. Y eso era Lenin: un perceptivo de primerísimo nivel. De ahí que sea absolutamente falso que Lenin no tuviera en cuenta los matices.

Tengamos ahora en cuenta los textos teóricos de Lenin. No sé de donde sacaba tanto tiempo Lenin para escribir y al nivel teórico que lo hacía. Porque esto es otra cosa: el nivel teórico de Lenin era altísimo. Otra cuestión: Lenin escribía muy bien, muy claro y muy preciso. En la literatura de Lenin nunca el lenguaje ocupó el lugar del pensamiento. Nuca escribió para la galería y para lucirse. También era cierto que el partido bolchevique disponía de una nutrida y excelente vanguardia teórica. Pensemos solo en Plejanov, que no lo mencioné antes.  Un filósofo de alto nivel. Muy respetable. Cuando te pones a estudiar los textos teóricos de Lenin, contenidos como dije antes en 42 voluminosos libros, es fácil ver al instante que no cesaba en la lucha ideológica y que todo lo matizaba. La adaptación de sus ideas a los cambios que se producían en las condiciones objetivas era una constante. Hay textos teóricos de Lenin que son verdaderas maravillas y ejemplos de lo que en realidad es un pensador materialista y dialéctico. Y hacía lo que él admiraba en Bujarin: buscar las raíces teóricas de todos lo problemas económicos, políticos e ideológicos. ¿Cómo puede afirmarse entonces que Lenin no tenía en cuenta los matices?  Para mí resulta incomprensible la afirmación de Sacristán.

Sigamos. Si nos preguntáramos cuál es el líder teórico que mejor y más profundamente ha conocido el pensamiento de Marx y Engels, no debe haber duda en la respuesta: Lenin. Llevo estudiando filosofía desde hace 50 años y puedo afirmar que no he visto un lector más eficaz de la filosofía de Hegel, con lo tremendamente abstracta que es, que Lenin. Tiene la virtud de que puede leer los textos de Hegel con un sentido materialista del que los grandes teóricos del marxismo occidental han estado y están muy lejos. Les transcribo ahora unas palabras de Lenin contenidas en sus Cuadernos Filosóficos: “Kuno Fischer expone muy pobremente estas consideraciones “abstrusas”, tomando los puntos más fáciles, pero no muestra al lector cómo buscar la clave de las difíciles transiciones, matices, flujos y reflujos de los conceptos abstractos de Hegel”.  La tarea, según Lenin, a la hora de estudiar el pensamiento de Hegel, consiste en descubrir la clave de las difíciles transiciones, matices, y flujos y reflujos de los conceptos abstractos de Hegel”. Dada estas afirmaciones, ¿cómo puede entonces Sacristán decir que Lenin no tenía en cuenta los matices? No lo sé. Resulta inexplicable.

En los años setenta, en la extrema izquierda, se leía mucho las obras escogidas de Lenin, obras teóricas preferentemente dedicadas a la lucha de clases. En esas obras teóricas faltaban un sinfín de otras obras teóricas de Lenin de gran nivel y de gran utilidad. Desgraciadamente los derroteros que ha tomado la historia universal, y en especial en Rusia, ha hecho que Lenin haya quedado relegado en los trasteros de la historia. Pero es necesario hacer justicia histórica con Lenin y poner en circulación entre las vanguardias marxistas muchos de sus textos teóricos. Muchos liberales reformistas se quedarían sorprendidos de su excelente nivel teórico y de su aguda inteligencia. Centrémonos solo en el tomo I de las obras completas de Lenin. Les transcribiré unas pequeñas citas que dan fe de la inteligencia de Lenin. Aquí va la primera referida a pensamiento y lenguaje: “…la lengua le ha sido dada al hombre para ocultar su pensamiento o para dar forma de pensamiento a la vacuidad”. La fuerza de verdad de esta idea es enorme. La política actual, en especial la española, está salpicada de este procedimiento: la lengua sirve para ocultar el pensamiento y para dar forma de pensamiento a la vacuidad. Aquí va la segunda cita, referida a la contradicción entre determinismo y libre albedrío y entre necesidad histórica e individuo: “Es que este es uno de los temas preferidos por el filósofo subjetivista: la idea del conflicto entre el determinismo y la moralidad, entre la necesidad histórica y la importancia del individuo. (.) La idea del determinismo que establece la necesidad de los actos del hombre y rechaza la absurda leyenda del libre albedrío, no niega en un ápice la inteligencia ni la conciencia del hombre, como tampoco la valoración de sus acciones. (.) Del mismo modo, tampoco la idea de la necesidad histórica menoscaba en nada el papel del individuo en la historia: toda la historia se compone precisamente de acciones de individuos que son indudablemente personalidades. El verdadero problema que surge al valorar la actuación del individuo consiste en saber qué condiciones aseguran el éxito de esta actividad, qué garantiza que esta actividad no resultará un acto aislado que se pierda en el mar de los actos opuestos”. Es evidente que estas ideas de Lenin son muy poderosas y ricas en determinaciones. Nos advierte que no hay que menoscabar el papel del individuo en la construcción de la sociedad, error en el que incurrió la extrema izquierda y el modelo soviético del socialismo. Pero el genial Lenin nos advierte a este respecto del problema principal: ¿Qué condiciones aseguran el éxito de la actuación social del individuo? El partido bolchevique supo resolver en su momento y de modo exitoso este problema, sin embargo, los partidos socialdemócratas de Europa occidental de aquel momento no lo supieron resolver. Les transcribo ahora una última cita que tiene plena actualidad y que creo que subscribirían muchos liberarles reformistas, esto es, liberales que creen que en el éxito económico del individuo hay mucha participación de la sociedad y que, en consecuencia, debe ser devuelto a la sociedad en forma de impuestos. La cita trata del mercado, el cálculo social y la desigualdad: “El producto de cada productor aislado, destinado a ser consumido por otros, puede llegar al consumidor y dar al productor el derecho a percibir otro producto social, solo después de haber tomado la forma de dinero, es decir, que ha sido sometido previamente al cálculo social, tanto en su aspecto cualitativo como cuantitativo. Pero ese cálculo se efectúa a espaldas del productor, a través de las oscilaciones del mercado. Estas, desconocidas para el productor e independientes de él, no pueden menos que engendrar la desigualdad entre los productores y acentuarla, arruinando a unos y dando a otros el dinero=producto del trabajo social”. En esta cita se pone de manifiesto que Lenin tenía un altísimo dominio de la economía mercantil y hablaba de ella de una manera muy resuelta. (Aquí también hay filosofía). Pero ese dominio también lo tenía de la economía capitalista. Y señala una de las consecuencias del mercado capitalista en todos los tiempos: la desigualdad: la ruina de unas personas y el enriquecimiento de otras. Y destaca que el dinero, este concepto les falta a los liberales reformistas, es un producto social y, en consecuencia, debe haber sobre él un control social.

He trascrito tres citas del tomo I de las obras completas de Lenin. Hemos podido comprobar que Lenin es un pensador de primer nivel. De este tomo se pueden extraer muchas más citas que para la educación teórica van perfectas. Piensen ahora, atentos lectores, que hay 41 tomos más, de los cuales también se pueden extraer muchas otras citas novedosas y teóricamente impecables. El nivel filosófico de Lenin es incuestionable. Así que no entiendo la valoración de Sacristán. Me parece totalmente desacertada. Pensemos en lo siguiente. De acuerdo con La ideología alemana, la verdadera división del trabajo se produce con la división del trabajo en físico y espiritual. Y añaden los autores de esa obra que desde ese entonces los conceptos pueden representar algo distinto de la práctica existente. Dicho de otra forma: en los enseñantes en general, incluido los profesores de universidad, los conceptos se presentan separados de las percepciones. Pero como también resulta que el 80 por ciento del conocimiento es mediato, esto es, se produce por medio de los libros y las informaciones facilitadas por los medios audiovisuales, resulta que la percepción se separa de la vivencia. Una cosa es vivir el apocalipsis que se está produciendo en Gaza, y otra muy distinta es verla en el televisor, donde hay percepción, pero no vivencia. Y esto es lo que les sucede a los enseñantes: disponen de conceptos enajenados de las percepciones y disponen de percepciones enajenadas de las vivencias. Nada de esto se producía en Lenin: sus conceptos estaban muy nutridos de percepciones y sus percepciones estaban fuertemente unidas a las vivencias. Así que repito: tenemos que hacer justicia con Lenin. Debería ocupar en la historia universal, incluido su papel como pensador o filósofo, el nivel que en justicia y en verdad se merece. Y es estelar. Yo lo admiro muchísimo y le doy las gracias por ayudarme a pensar y a entender el mundo y el pensamiento de Marx, Engels y Hegel.

 

 

 

 

 

 

 

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