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sábado, 19 de junio de 2010

Dialéctica y concepción del dinero en Marx

Sólo he realizado una lectura de tu trabajo y, por lo tanto, sólo tengo impresiones. Su carga filosófica es grande y necesitaría muchas más lecturas para formular un juicio más fundamentado. Creo que en poco espacio tratas muchas cosas que exigirían entrar en más detalle. No obstante, tu trabajo de síntesis en excelente y tú mejor que nadie sabrá cuanto trabajo habrá mediado en este resultado que nos ofrece.


Así que sólo puedo comentarte algunas cosas que no sé hasta que punto pueden ser de tu interés y son acertadas. Tómalas como valoraciones realizadas sobre impresiones. Y en las impresiones, como sabrás, siempre hay apreciaciones incorrectas.

Lo inmediato y lo mediato

Hablas de lo inmediato y lo mediato sólo bajo el punto de vista del conocimiento. Así el punto de partida de todo razonamiento sería lo inmediato y la conclusión sería lo mediato. Pero esa representación puede trasladarse tanto a la circulación de las mercancías como a la circulación del dinero como capital. En la circulación de  mercancías el punto de partida es la mercancía y también es el punto de llegada. Lo que diferencia al punto de llegada del punto de partida es que está mediado por el dinero. Y el punto de llegada de este movimiento no representa un reinicio del movimiento. No sucede así con la circulación del dinero como capital. El punto final de este movimiento, mediado por la mercancía, constituye un  nuevo punto de partida. Hay una diferencia cualitativa entre estas dos formas económicas y es la circulación del dinero como capital la que está más próxima a tu idea del concepto como círculo o espiral.

Cuando presentas el valor de uso y el valor de cambio como puntos de partida, bajo el punto de vista epistemológico de lo que hablamos es de la percepción. Cuando hablamos que un objeto nos viene dado de forma inmediata, esto es así en la percepción y en la representación. Cuando hablamos de conceptos, hablamos de objetos mediados por percepciones y representaciones. Entendemos con Marx que los conceptos se elaboran con percepciones y representaciones.

En toda relación hay mediación o toda relación es una mediación. Así, por ejemplo, no hay forma relativa sin forma equivalente de valor. Cada una está mediada por la existencia de la otra. Igual sucede con la percepción, la representación y el concepto. La percepción sólo es posible por medio de un objeto percibido, y un objeto tiene la condición de objeto percibido por medio de una percepción. Igual sucede con la relación comprador vendedor y con todas la relaciones.

El concepto del dinero

A mi juicio el concepto del dinero es la transformación de la mercancía en dinero. Este hecho es un proceso histórico y lógico. Así se presenta como totalidad dinámica y como automovimiento. No niego que las distintas funciones del dinero pertenezcan al concepto de dinero, sino que no constituyen su primer concepto. Si estoy contigo en que las distintas funciones del dinero constituyen una totalidad y se presentan como evolución y desarrollo. Es cierto que el dinero como medio de pago es posterior al dinero como medio de circulación. No sé si es adecuado plantear las distintas funciones del dinero con la lógica que tu la planteas.

Creo, no obstante, coincidir contigo en lo siguiente. En el precio el dinero existe de forma ideal. Te falta señalar tal vez que esta existencia ideal viene dado con ropaje lingüístico. Es su forma particular de existencia. También es acertado señalar que los signos de valor brotan de la función del dinero como medio de circulación. Aquí es necesario destacar la existencia del dinero como signo. Esto le da una dimensión semiótica al dinero. Y con respecto al dinero como medio de pago lo importante es destacar que ha cesado la aparición simultánea de la mercancía y el dinero, que el comprado se hace con la mercancía antes de pagarla, que “el dinero no sigue haciendo de mediador del proceso. Ahora lo cierra de un modo autónomo, como existencia absoluta del valor de cambio. Se trata de observar con el progresivo desarrollo de las formas mercantiles como el valor, con cada fase de desarrollo, se sustantiva cada vez más frente al valor.

Y en todo esto, a mi juicio, sería conveniente tener en cuenta estas ideas de Marx:

1.     El proceso de intercambio no presta su valor a las mercancías sino su forma de valor. La confusión entre las dos determinaciones –el valor y la forma de valor- indujo a considerar imaginario el valor del oro y la plata.
2.     Como en determinadas funciones el dinero puede ser sustituido por simples signos de sí mismo, surgió el otro error, el que no es más que un signo.


Siento no poder habar estudiado tu trabajo más a fondo y aportar más al foro, pero como ya advertí estoy liado con temas de semiótica a los que debo responder con urgencia.


Dialéctica y concepción del dinero en Marx (2)


Tu trabajo, al estar tan cargado de filosofía,  me resulta muy estimulante. Hay varios conceptos de mediación y lo que yo planteaba no negaba tus conceptos. El concepto de inmediatez y mediación que tú manejaste tiene que ver con los ciclos, las fases, los puntos de partida, el medio, y los puntos de llegada. Del que yo hablé tiene que ver con los dos extremos de una relación. Así que de lo que yo hablé no negaba lo que tú planteaste.

Tienes razón cuando afirmas que el valor de uso y el valor de cambio son conceptos y no percepciones como yo afirmé. También tienes razón cuando afirmas que hay un movimiento previo que va de lo concreto a lo abstracto y que el movimiento teórico va de lo abstracto a lo concreto. Lo que sucede es que en el propio nivel teórico se plantea esa contradicción. Las palabras según su esencia son una expresión de la razón o la manifestación de la razón, y se oponen a las sensaciones y a las percepciones. Las palabras sólo pueden expresar lo universal, lo particular le resulta inasequible. Lo particular sólo es asequible a la percepción. Cuando digo, por ejemplo, esta mesa en la que escribo, estoy pretendiendo expresar lo particular, pero en verdad sólo expreso lo universal. Porque la expresión “esta mesa en la que escribo” son todas las mesas. Todo el mundo puede decir “esta mesa en la que escribo”. Si le hago una fotografía a mi mesa, entonces sí estoy expresando lo particular. Pero con las palabras jamás podré aprehender lo particular. Esto lo sé por Hegel.

Hasta ahí todo bien. Pero las cosas siempre tienen una complejidad en desarrollo mayor de lo que aparece en una primera aproximación. Fíjate en la siguiente serie de palabras: “mesa”, “valor de uso”, “objeto” y “ser”. Podríamos afirmar que la palabra “mesa” es la más sensible y su concepto el menos extenso, mientras que “valor de uso” es una palabra más abstracta que “mesa” y la extensión de su concepto es mayor. Diremos, por último, que las palabras “objetos” y “ser” son muy abstractas o tienen el nivel máximo de abstracción y como concepto su extensión es casi infinita, no hay cosa o entidad a lo que no pueda denominarse objeto o ser. Con esto te quiero demostrar que la diferencia entre lo sensible y lo abstracto también se refleja en el lenguaje. Podríamos afirmar que los escritores usan fundamentalmente un lenguaje sensible mientras que los filósofos usan preferentemente un lenguaje abstracto.

Ahora ya me centro en lo que nos ocupa. Escuchemos a Marx: “El valor de cambio aparece primero  como la relación cuantitativa, la proporción en que los valores de uso de un tipo se cambian por los de otro, una relación que varía continuamente con el tiempo y con el lugar”.
Yo afirmo que este juicio es un juicio de percepción, un juicio que expresa una percepción. Y la palabra que delata que nos encontramos ante un juicio de percepción es “aparece”. Cuando doy clases en el Cekam, les digo a mis alumnos que este juicio es equivalente a ir a un mercado y ver cómo unos valores de uso se cambian por otros. Y que al fijarnos en un solo valor de uso observamos que por la mañana se cambia con otro en una proporción y por la tarde se cambia en otra proporción, que en ese lugar se cambia en una proporción y que si nos fuéramos a otro mercado se cambiaría en otra proporción. Por eso dice Marx a continuación: miremos las cosas más de cerca. Y a partir de ahí arma un razonamiento. Transitamos entonces de la percepción al concepto.

Fíjate en otro aspecto. En ese juicio aparece el concepto de valor de uso. Pero ese concepto ha sido elaborado previamente. Cuando en la primera página Marx decía: “Cada una de estas cosas, el hierro, el trigo, etcétera, es un conjunto de muchas propiedades y, por ello, puede ser útil en diversos aspectos”. Así que habría que distinguir dos cosas: una, cuando un concepto es elaborado, y dos, cuando dicho concepto es utilizado como material de elaboración de otro concepto. Y en este juicio del que hablamos el concepto de valor de uso es empleado como material para elaborar el concepto de valor de cambio. Esta distinción también puede ser planteada como la diferencia entre la fase elaboración de un concepto y la fase cuando el concepto empieza a circular ya cargado de la información básica necesaria. Y conforme ese concepto circula se va enriqueciendo.


19 de junio de 2009.








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