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jueves, 17 de junio de 2010

Sobre el debate "tasa de ganancia y tasa de interés"

Voy a hablar de forma clara y sincera. Pido disculpas por adelantado si con mis juicios hiero la sensibilidad y el orgullo de algunos de los participantes en el debate cuyo título encabeza este mensaje.


A nivel pedagógico, pensando siempre en los terceros, este debate no tendría la mejor nota. Sus deficiencias fundamentales son a mi juicio las siguientes: primera, se dan por entendido muchos conceptos que exigirían una definición mínima, segunda, se mezclan conceptos de esferas de saber distintas, generándose así mucha incongruencia material, y tercera, se exponen en poco espacio muchas ideas. Creo que los participantes en los debates mejorarían su nivel pedagógico si cuando responden al otro pensaran en personas con preparación mínima. Se detendrían así en explicar mejor los mínimos detalles y no darían nada por sabido.

A nivel práctico ciertos debates me dejan ciertas dudas acerca de su utilidad. Sería bueno que quienes participen en los debates se formularan algunas preguntas: ¿Qué interés teórico tiene lo que debatimos? ¿Qué busco con este debate? ¿Qué consecuencias tiene este debate bajo el punto de vista de la formación de la conciencia socialista? ¿De qué modo puede ser usado lo que debatimos para luchar ideológicamente contra el capitalismo? Creo que formularse estas preguntas son necesarias; porque si no, se da la impresión de que se discute por discutir, de que los participantes en el debate viven totalmente ajenos  a la necesidad de transformar el mundo.

Me centro ahora en algunos aspectos del contenido concreto del debate. Me refiero especialmente al debate que mantienen Vicente Lima y Alejandro Ramos sobre el concepto de valor. Creo que aquí la clave es ponerse de acuerdo en cómo nombrar a los objetos conceptuales y examinar qué contenidos se le atribuyen a dichos objetos. ¿Qué es el valor? El valor son muchas cosas. Las enumero: la sustancia del valor, la forma del valor, el valor de cambio, la forma relativa del valor, la forma equivalente del valor, la forma simple del valor, la forma desarrollada del valor, la forma general del valor, y la forma dinero del valor. Y, además, cada una de esas formas tiene su propio contenido. Así que la clave está en saber de qué modalidad del valor se está hablando y qué contenido se le supone.

Yo creo que una vez que Marx ha demostrado cómo la mercancía se transforma en dinero, el valor debe ser considerado bajo dos formas fundamentales: la forma relativa general de valor, que es la forma en la que se encuentran todas las mercancías, y la forma de equivalente general, que es la forma en que se encuentra el dinero. Y ambas formas tienen su propio contenido. Creo igualmente que llegado a esas alturas del movimiento teórico,  sobra la necesidad de suponer el valor del dinero en términos de horas de trabajo social medio. Dicha conversión ni mejora nuestra representación del mundo mercantil ni mejoran los cálculos económicos.

Me centro, por último, sobre el último aporte de Alejandro Ramos, que habló de la ganancia tal y como la entienden los capitalistas, y se refirió a la cuenta de pérdidas y ganancias. Creo que de este modo se le hace un flaco favor a Félix. Se le aturde. Creo que primero deben explicarse las cosas conceptualmente y después pasar a los cálculos económicos. Y en cuanto a los cálculos económicos primero debe hacerse de forma elemental y después introducir el cálculo diferencial y el cálculo integral, si procede y nos beneficia en algo.

Alejandro supone un capital social a 31 de diciembre de 2009 y el mismo capital social aumentado el 31 de diciembre del año 2010. Y presenta la ganancia como  g’: In K(t) – In K(t-1), donde K es el capital social. Creo que la ganancia así está mal planteada, no coincide con la economía convencional y no coincide con tal y como la conceptualiza Marx. Creo que el procedimiento correcto sería por lo menos exponer un extracto de una cuenta de pérdidas y ganancias detallando un mínimo de partidas, y dar una explicación mínima sobre esas partidas. Y después conceptualizar esa cuenta de pérdidas y ganancias con los términos de Marx. Ya este problema se lo comenté a Diego, cuando afirmaba que no incluía los salarios en su cálculo de la ganancia. Es cierto que en los balances no aparecen los salarios, pero sí en la cuenta de resultados.

Pongo un sencillo ejemplo. La cuenta de pérdidas y ganancias se divide en dos columnas: en la izquierda va el debe y en la derecha el haber. Enumero las mínimas partidas que encontramos en el debe: Salarios y sueldos, Seguros Sociales, Impuestos y tasas (excepto rentas del capital y Sociedades), Gastos financieros (Intereses), Amortización del ejercicio, Gastos diversos (gastos ajenos a la explotación) y Beneficios disponibles. No les hablo del haber para no complicar la exposición y para que quede claro el método de exposición que a mi juicio se debería emplear. Salarios y sueldos y Seguros sociales representan el capital variable;  Amortización del ejercicio representa el capital constante consumido durante el ejercicio; y los gastos financieros y los beneficios disponibles representan la plusvalía. (Los gastos ajenos a la explotación no los conceptualizo en términos de Marx porque no sabemos exactamente la naturaleza de esos gastos. En la empresa donde trabajo muchos de los gastos en reparaciones se ponen en gastos diversos. Y lo gastos en reparaciones deberían sumarse al activo de la empresa en concepto de capital fijo). Y con estos datos, dejando de lado los gastos diversos, pueden calcularse la cuota de plusvalía y la cuota de ganancia de la empresa X durante un año. Y una vez puesto  esto claro, debería iniciarse los debates conceptuales de mayor altura. Y ver después si esos debates de mayor altura mejoran o perjudican esta representación.

1 de junio de 2010.





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