Los conceptos son definiciones de objetos o entes. En todo concepto debemos distinguir al menos dos partes: el objeto del concepto y el contenido del concepto. Lo que permanece relativamente constante en los conceptos es el nombre del objeto del concepto. No obstante, el objeto del concepto, a lo largo de su vida, puede experimentar ciertos desarrollos y cambios. Pero no es con el nombre del objeto del concepto con el cual reflejamos los cambios, sino con los sintagmas con los que expresamos en el contenido del concepto. No sólo es que el objeto del concepto pueda experimentar cambios, sino que el sujeto cognoscente puede descubrir nuevos aspectos en el concepto. Así que tanto por el lado del objeto como por el lado del sujeto cognoscente el concepto está sujeto a evolución, desarrollo y cambio.