Me he acercado a los textos de Martín Lutero de la
mano de Marx. Cuando he leído las citas de Lutero en los textos de Marx me han
impresionado. En el mundo no sólo existen los marxistas y el pensamiento de los
marxistas. Es más: el pensamiento marxista no es posible sin la participación de
muchos otros pensadores que le han precedido y le han sucedido. Me hice hace
algunos años con dos textos de Lutero: Escritos
políticos y Sobre el comercio y la
usura. Si pudiera, me haría con todos los libros de Lutero. Ojalá algunas
editoriales publicaran toda su producción teórica. Es un pensador profundo y
radical. Su calidad literaria es de alto nivel. Nunca leo a los demás
pensadores con los anteojos prejuiciosos del marxista puro. Nada de eso. Todo
lo contrario. Me desprendo de todos los ropajes ideológicos antes de sumergirme
de lleno en el pensamiento del autor que estudio. Trato de vivir su espíritu y
aprender de su saber y de su sentir. Lutero no es cualquier pensador y debe uno
leerlo previamente antes de hacer juicios apresurados y espontáneos. No
cuestiono que pueda ser criticado; pero si no se le conoce, hay que medir mucho
lo que se dice.
¡Aviso importante! Hasta ahora cuando se pinchaba en las etiquetas no aparecían todos los trabajos publicados bajo dicha etiqueta. Ahora hay paginación y se puede acceder a todos los trabajos publicados. Otra cuestión: Soy Ingeniero Técnico y Licenciado en Filosofía, pero de forma general me considero un Investigador Independiente.
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martes, 31 de julio de 2012
jueves, 26 de julio de 2012
Palabras de Lutero contra la usura
“Hay que saber que en nuestra época (de la que el
apóstol san Pablo predijo que sería peligrosa) no sólo la avaricia y la usura
se extienden con fuerza por el mundo entero, sino que, además, estos defectos
se atreven a encontrar toda clase de pretextos para dar rienda suelta a su
maldad, so capa de legitimidad”. Sobre el
comercio y la usura. Del Doctor Martín Lutero, agustino en Wittenberg.
viernes, 20 de julio de 2012
Dinero e influencia
Escuchemos a Paul Krugman en la página 97 de su
libro “¡Acabad ya con esta crisis!”: “El dinero compra influencia; mucho dinero
compra mucha influencia; y las políticas que nos han llevado hasta donde
estamos, aunque nunca han hecho demasiado por la mayoría de la gente, al menos
sí han funcionado muy bien (al menos durante un tiempo) para unas pocas personas
situadas en lo más alto”.
domingo, 15 de julio de 2012
Ya que hablamos de crisis financiera, hablemos del dinero
Ya he terminado de leer el libro de Paul Krugman
titulado “¡Acabad ya con esta
crisis!”. Esperaba más de este texto.
Tenía la esperanza de encontrar algo novedosamente radical. Esta crisis ha traído
muchas desgracias a la humanidad. Es una crisis profunda. Luego uno espera
pensamientos profundos. Pero en todo el libro Krugman no elabora pensamiento
profundo alguno, se queda muy por debajo de las exigencias de la realidad. Por
ejemplo, en la página 95 Krugman se expresa en los siguientes términos: “Pero
¿existe una flecha de causalidad tal que una directamente la desigualdad de
ingresos con la crisis financiera? Quizá, pero es más difícil de demostrar”. Me enfada esta forma de pensar. Krugman es
incapaz de pensar fuera de los cánones capitalistas, por eso resulta tan débil
su pensamiento. Además respecto de los trabajadores sólo se plantea si tienen
empleo o no lo tienen, y no cuanto ganan en proporción a lo que ganan los
capitalistas. Otro aspecto más: A la
hora de hablar de la desigualdad en la distribución de la riqueza Krugman sólo
se fija en el 1 de la población de EEUU,
que posee el 34,6 % de la riqueza, pero no en el 19 % de la población, que
posee el 50,5 % de la riqueza. Analiza la desigualdad, pero con muy poca
profundidad y sin vincularlo estrechamente con las relaciones de producción
capitalistas. No ve clases sociales sino individuos. Pero bueno, ya me ocuparé
de este tema más detalladamente en otro trabajo.
miércoles, 11 de julio de 2012
Los papeles real e ideal de la persona
Yolanda, una de las lectoras de este blog, me hace
llegar las siguientes palabras de Goethe, tomadas de su autobiografía: “Todas
las personas de buena voluntad, a medida que aumenta su formación cultural,
sienten que tienen un doble papel que desempeñar en el mundo, un papel real y
un papel ideal, y en este sentimiento hay que buscar el fundamento de toda
nobleza. El papel real que nos toca desempeñar pronto lo conocemos con claridad
más que suficiente. Respecto al segundo, raramente llegamos a conocerlo bien.
El hombre puede buscar su destino más elevado en la tierra o en el cielo, en el
presente o en el futuro, pero precisamente por eso se verá interiormente
sometido a una eterna vacilación y exteriormente a una influencia perturbadora,
hasta que de una vez por todas tome la decisión de declarar que lo justo y lo
correcto es lo que sea conforme a su naturaleza”. Después Yolanda añade estas
palabras: “Esto es un pensamiento abstracto para mí. El papel real y el ideal,
lo que es conforme a la naturaleza del hombre. Lo leo y lo releo intentando
concretar pero no avanzo”.
domingo, 8 de julio de 2012
El hombre es el sueño de una sombra
Valelele, una de las seguidoras de mi blog,
estudiante de Pedagogía de Artes Plásticas, dice en su presentación que le
gusta buscar la esencia de todo. Me hizo pensar. ¿Qué es o en qué consiste
buscar la esencia de todo? En buscar lo que hay de más perenne en las cosas, lo
menos accidental, lo menos aparente. También podríamos entenderlo en el sentido
de buscar lo más definitorio de las cosas. Se trata en todo caso de no quedarse
con las apariencias y las primeras impresiones, sino en ir más allá, hacia las
profundidades. Pero no siempre se puede. Hay veces que las fuerzas de las
apariencias son tan poderosas que no podemos ir más allá. Y hay causas
objetivas y subjetivas que lo explican. Pero ahora no es el momento de resolver
este problema teórico. Ya llegará su momento.
jueves, 5 de julio de 2012
Semiosis delimitada
Yo podría decir: pensemos en un vaso. Pero así me
estaría expresando de forma general e invitaría al lector a pensar de un modo
general. Esta forma de proceder no sólo tiene el inconveniente de que nos
abstraemos de cómo son las cosas en la práctica, sino además de aislar el
objeto de las situaciones concretas a las que pertenece. El mismo error de
procedimiento se produce cuando decimos hablemos de la palabra “mesa”, de una
huella o de un gesto de enfado: naufragaremos en el ancho mar de lo general. Así que cambiemos el modo de proceder. Y diré:
piense usted, amable lector, en un vaso concreto. Vaya usted a la cocina y tome
entre sus manos un vaso. Parece que ya no es sólo un asunto de la cabeza y de
la libre imaginación y suposición, sino un asunto más práctico, han intervenido
las manos y está usted en su casa.
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