A esta pregunta respondo con un rotundo no. La inteligencia depende de la personalidad al completo que se tenga. Si una persona, acostumbrada solo a moverse con conceptos, esto es, con esencias, como le sucede a los profesores y las profesoras, y carece, por consiguiente, de sentido práctico, entonces esa persona no es inteligente. En una de las últimas reuniones que celebramos en el Cekam, le dije a uno de mis colaboradores que iba a formularle una pregunta y que podía contestar con tres partes diferenciadas del cuerpo: con la cabeza, con el corazón o con el estómago. Yo esperaba que me respondiera con el estómago y me dijera: ¡Vete al carajo! No hubo manera. Solo sabe responder con la cabeza. Pues bien, ¿a qué llamo inteligente en este tema que les he presentado? Saber con qué parte del cuerpo hay que responder. En ocasiones un problema sencillo de entendimiento entre dos personas se convierte, porque de forma predominante solo se emplea la cabeza, en un problema enredado y complejo.