En esta última reflexión quisiera atender a la
dimensión temporal del fenómeno semiótico en cuestión, obtener una visión de
conjunto del mismo, y destacar el papel tan decisivo que desempeña la
representación en el proceso de semiotización. Por último, demostraré el
carácter erróneo del concepto de semiosis ilimitada frente al carácter acertado
de concepto de semiosis delimitada. El dilema semiótico presente en el fenómeno
que hemos sometido a análisis y que hemos titulado “Huellas de niño sobre la
nieve”, quedará resuelto cuando la mujer
experimentada en el sentido de la nieve (en adelante la mujer ESN) identifique
al asesino. Pero esto debe ocurrir al final del proceso. Así que detallemos las
tres fases temporales de las que se compone este fenómeno semiótico. La primera
fase la situaremos en el pasado, la segunda fase en el presente y la tercera
fase en el futuro. En la segunda fase se produce un vacío espacial, no hay
percepción del asesino, que será resuelto en la tercera fase. Pero entremos en
detalle.
¡Aviso importante! Hasta ahora cuando se pinchaba en las etiquetas no aparecían todos los trabajos publicados bajo dicha etiqueta. Ahora hay paginación y se puede acceder a todos los trabajos publicados. Otra cuestión: Soy Ingeniero Técnico y Licenciado en Filosofía, pero de forma general me considero un Investigador Independiente.
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sábado, 30 de junio de 2012
lunes, 25 de junio de 2012
Huellas de niño sobre la nieve (II)
Sigo la reflexión. Hago uso de los conceptos de “Reflexiones
sobre Semiótica” que pueden encontrarse en este mismo blog bajo la etiqueta
Semiótica. Hablamos de las huellas que dejó el niño sobre la nieve caída en la
azotea del edificio donde vivía. Nos encontramos ante un modo de expresión. El
niño es el objeto expresado, la nieve es el medio de expresión y las huellas
son la expresión. Expresado fenomenológicamente diremos: Un subconjunto del
valor referencial del niño, en concreto las referencias que pertenecen a sus
zapatos, han saltado desde su propio cuerpo al cuerpo de la nieve. (Para no entrar
de momento en disquisiciones más detalladas, consideraremos los zapatos como un
pequeño cuerpo añadido al cuerpo propio del niño). Las referencias que contienen
en principio las huellas son las dimensiones del zapato del niño y su peso.
domingo, 24 de junio de 2012
Huellas de niño sobre la nieve
Una mujer se aproxima a su casa en una ciudad
nórdica asolada por la nieve. En los
aledaños del edificio donde vivía vio una aglomeración de personas y una
ambulancia. Aceleró el paso preocupada. Sobre la acera vio un niño de siete
años boca abajo. Lo conocía. Era el hijo de su vecina. Corrió con la cara
desencajada hacia él. Observó un pequeño charco de sangre bajo la cabeza del
niño. Los enfermeros le dijeron que se cayó de la azotea. De forma apresurada
subió las escaleras. Cuando llegó arriba observó una línea de huellas de niño
que terminaban en el muro. Dos policías con aire sosegado y rutinario tomaban
notas. La mujer les preguntó: ¿de quién huía? Los policías encogiéndose de
hombros y sin dar crédito a lo que decía respondieron: “estaba jugando y se
cayó. Caso cerrado”. La mujer gritó: ¡No! El niño fue asesinado.
sábado, 23 de junio de 2012
Crisis, deuda y desigualdad
Después de la crisis bancaria desatada en 2008 llegó
la recesión. Y con la recesión ha llegado el mayor de los males de las crisis capitalistas: el
paro. Y con el aumento del paro disminuyen las cotizaciones a la seguridad
social y la recaudación fiscal. El Estado se empobrece y tiene que endeudarse
con el capital privado. No obstante, la crisis no es crisis para todos de igual
modo. Hay personas que se siguen enriqueciendo en época de crisis. Los salarios
disminuyen, pero no el de los grandes ejecutivos. Hay empresas que cierran,
pero otras ven aumentados sus beneficios. Y a pesar de la crisis, o mejor,
gracias a la crisis, los capitalistas monetarios y todos los gestores de
ahorros y fondos de pensiones cobran más intereses por el dinero prestado que
en tiempo de bonanzas. Sigue habiendo mucho mercado y poco Estado. A nivel
global es donde este hecho más se pone de manifiesto. La contradicción entre el
interés común y el interés individual sigue dominando el mundo. Siguen siendo
siempre los pocos y sus intereses los que se imponen sobre los intereses de los
muchos. Pero los economistas reformistas, que son dentro las fuerzas progresistas
quienes disponen de las mejores tribunas y a quienes más respeto se les dispensa, se
quedan siempre cortos. Pero de eso hablaré en el último apartado de este
trabajo.
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