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jueves, 14 de julio de 2005

Plusvalía, plusvalor y ganancia

Plusvalía y plusvalor son términos equivalentes. No existe necesidad de diferenciar categorialmente  el plusvalor expresado en un número de valores de uso del plusvalor expresado en dinero. Por otra parte, plusvalía y ganancia son lo mismo en términos absolutos, pero no expresan lo mismo, no son lo mismo en términos relativos. Los marxistas representamos el valor de las mercancías mediante la siguiente fórmula: M=  c + (v + p). Introducimos v y p entre paréntesis por representar ambos el nuevo valor creado. Y la cuota de plusvalía, la proporción p/v, expresa la cuota de explotación de la fuerza de trabajo, cuánto trabaja el obrero para sí y cuanto trabaja para el capitalista. Por su parte, el capitalista no diferencia entre c y v. Para él ambos representan lo que le ha costado producir la mercancía y los reconoce bajo una misma rúbrica,  como precio de costo. Cuando esto ocurre la plusvalía se transforma en ganancia y el valor de la mercancía queda representado mediante la siguiente fórmula: M =  Pc  +  g.  Y la cuota de ganancia, la proporción g/Pc, expresa la valorización del capital, medido no por el capital variable sino por el capital total desembolsado.

martes, 12 de julio de 2005

Lógica fenoménica

“La esfera de la circulación o del intercambio de mercancías, dentro de cuyos límites se mueve la compra y la venta de la fuerza de trabajo, era en realidad un verdadero edén de los derechos innatos del hombre. Lo único que impera aquí es la libertad, la igualdad, la propiedad y Bentham. ¡Libertad! Pues comprador y vendedor de una mercancía, por ejemplo de la fuerza de trabajo, vienen determinados únicamente por su libre voluntad. Contratan como personas libres, iguales ante la ley. ¡Igualdad! Pues sólo se relacionan como poseedores de mercancías y cambian un equivalente por otro. ¡Propiedad! Pues cada uno sólo dispone de lo suyo. ¡Bentham! Pues a cada uno de ellos no le preocupa más que lo suyo”. 

lunes, 11 de julio de 2005

Ideas viejas e ideas nuevas

Cuando Malime dice que quiere contrarrestar mi nefasta influencia  e interferencia sobre los economistas rojos, no se comporta como un libre pensador sino como una persona atada a los prejuicios. Cuando me cataloga de idealista y dogmático por leer y seguir a Hegel, sencillamente no sabe lo que dice y se limita a etiquetarme. Confunde continuamente la lucha por el conocimiento con la lucha de clases. O dicho de otro modo: transforma la lucha por el conocimiento en una lucha de clases.  Se comporta como un cuadro rojo dentro de una empresa de cuadros profesionales,  siempre al acecho para dictaminar quién es revolucionario y quién es contrarrevolucionario. Se comporta como si tuviera la verdad del marxismo y del socialismo en sus manos. Se presenta como un ignorante en materia económica, sin embargo, cataloga mis escritos sobre economía de no marxistas. Creo que Malime teme a las ideas nuevas, a las ideas que no conoce, porque ponen en cuestión su concepción sobre el capitalismo y el socialismo. Y se atrinchera en las ideas viejas. Y las ideas supuestamente nuevas no son tan nuevas: son las ideas de Marx expuestas en El Capital. Lo que es nuevo es el socialismo de mercado.