Admiro el pensamiento de Hegel por la riqueza de
contenidos, abundancia de formas lógicas y profundidad. Y admiro a Lenin por su
capacidad para cambiar de ideas según cambia la realidad y por leer y entender
el pensamiento abstracto de Hegel de un modo materialista. No admiro, por el
contrario, a aquellos “marxistas” que critican tanto a Hegel como a Lenin con
un fondo de conocimiento más escaso de lo que ellos quieren aparentar, con una
más que notable falta de preparación filosófica y con una arrogancia propia de
personas pobres de espíritu.