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lunes, 29 de mayo de 2006

Crítica a pensamientos apologéticos del capitalismo

He tenido acceso en un foro de filosofía a una serie de pensamientos acerca del capitalismo formulados por personalidades muy relevantes. Quien los puso en circulación es ese foro los catalogó de verdadera genialidad de pensamientos. Creo que los filósofos no deberían dejar circular los conceptos  sin someterlos previamente a crítica. Pero el espíritu crítico  hace tiempo que ha desaparecido del pensamiento occidental y su lugar ha sido ocupado por el espíritu apologético.


Desigualdad e igualdad

“El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria”. Winston Churchill.

El vicio inherente al capitalismo no es el desigual reparto de bienes, sino que unos hombres se apropian del trabajo de otros hombres. Y fruto de esta apropiación de trabajo ajeno, hay una desigual distribución de bienes. El error del socialismo igualitario ha sido permitir que quien trabajaba poco ganaba tanto como quien trabajaba mucho y quien hacía un trabajo de calidad ganaba lo mismo que quien hacía un trabajo de menor calidad. Pero el principio del socialismo científico, el socialismo inspirado en el pensamiento de Marx, no tiene nada de igualitario: a cada cual según su capacidad y a cada uno según se trabajo. Quien esté familiarizado con la literatura marxista sabe que el socialismo igualitario es propio de la pequeña burguesía y no de los trabajadores.

Ganancias y pérdidas

“Que el tener ganancias es reprochable es un concepto socialista. Yo considero que lo verdaderamente reprochable es tener pérdidas”. Winston Churchill.

Churchill tiene razón al decir que lo verdaderamente reprochable es tener pérdidas en vez de ganancias. Lo que no es cierto es que sea socialista reprochar que las empresas tengan ganancias. Lo que en verdad reprochan los socialistas es que la ganancia sea apropiada por sus no creadores, los capitalistas, en vez de por sus creadores, los trabajadores.

Renta e impuestos

“Lo más dificil de entender del mundo es el impuesto sobre la renta”. Albert Einstein.

Este pensamiento es característico de la clase media. Quienes piensan así incurren en dos errores: primero, siempre hay servicios sociales que todos usamos y en consecuencia todos debemos pagar, y segundo,  el impuesto sobre la renta no es el medio por el cual el Estado le quita a una persona una parte de su trabajo para dárselo a quien  lo necesita, sino que es el medio por el cual el Estado le quita a una persona el trabajo social que dicha persona se ha apropiado demás. Todos contribuimos a crear el producto interior bruto de la nación, pero el sistema capitalista permite que algunos se apropien de más riqueza de la que han creado. El impuesto sobre la renta es una forma de paliar en parte esta injusticia social. De manera que sólo los egoístas e inconscientes no entienden el sentido y la razón del impuesto sobre la renta.

Igualdad y libertad

“Una sociedad que pone la igualdad por encima de la libertad, acabará sin igualdad ni libertad”. Milton Friedman.

¿Desde cuando la búsqueda de la igualdad supone la merma de la libertad? La desigualdad, el hecho de que uno pocos tengan mucha riqueza y la mayoría poca, supone que los pocos son más libres que los muchos. A mayor pobreza, menor libertad. Quien se muere de hambre no puede ser libre. Puesto que para ejercer la libertad hay que estar vivo. De manera que a mayor igualdad, a mayor riqueza per cápita, mayor libertad para todos.

Propiedad privada y libertad

“Lo que nuestra generación ha olvidado es que el sistema de propiedad privada es la más importante garantía de la libertad”. F.A. Hayek.

Le sucede a los burgueses, pero también a muchos líderes de izquierda, que hablan de las cosas sólo en forma sustantiva, sin adjetivos, sin predicados. Así que corrijamos la expresión de Hayek: el sistema de propiedad privada es la más importante garantía de la libertad capitalista, esto es, de la libertad de los capitalistas de apropiarse trabajo ajeno. Hayek tiene razón, pero habló de la libertad sólo en forma sustantiva, le faltó adjetivar dicho sustantivo y decir entonces “libertad capitalista”. Y esta libertad capitalista, no nos olvidemos, es la que permite a un reducido número de personas ser inmensamente ricos y a una mayoría de personas ser inmensamente pobres.  Y quien es pobre, quien está atado a las necesidades básicas, no es libre.

Beneficios y satisfacción de necesidades humanas

“Cuando una empresa da beneficios significa que los factores productivos han sido utilizados correctamente y que las correspondientes necesidades humanas han sido satisfechas debidamente”. Juan Pablo II.

Esta idea contiene dos inferencias. Es cierto lo que se dice en la primera inferencia: si una empresa da beneficios, entonces los factores productivos han sido utilizados correctamente. Pero en la segunda inferencia, después de afirmar el antecedente “si una empresa da beneficios”, qué significa el consecuente “las correspondientes necesidades humanas han sido satisfechas debidamente”. ¿A qué necesidades humanas se refiere Juan Pablo II? ¿A la de los banqueros, quienes cobran los intereses,  a los propietarios de los inmuebles, quienes cobran el alquiler, a los propietarios del negocio, quienes cobran los beneficios,  a los trabajadores, quienes cobran el salario, o a todos en su conjunto? Juan Pablo II no lo dice y no lo quiere decir. Puesto que muchas veces para que las empresas obtengan beneficios despiden a trabajadores o trasladan sus instalaciones hacia países donde la mano de obra  es más barata. Por lo tanto, para satisfacer las necesidades de los propietarios de los negocios, esto es, para que la empresa obtenga beneficios, se dejan de satisfacer las necesidades de los trabajadores o de una parte de ellos.
 
Ente privado y ente público

“Cuando un ente privado no produce los resultados deseados, uno se desprende de él. Pero un ente público se agranda”. P.J. O’Rourke.

Cuando O’Rourke dice “cuando  un ente privado no produce los resultados deseados”, debemos entender que no produce beneficios. Y si no produce beneficios, será porque la competencia  produce con mayor calidad y mejores precios y, en consecuencia, termina desalojando a ese ente privado del mercado. Por lo tanto, es la competencia quien  obliga a su propietario a desprenderse de la empresa. Y cuando esto ocurre, y esto lo hace continuamente la alocada competencia capitalista, se destruye capital y se destruye trabajo. Y si se destruye trabajo, se destruye la vida de las personas que viven de ese trabajo. Así que resulta totalmente oprobioso e indigna la expresión “uno se desprende de un ente privado cuando no da resultados”.  Bajo esa expresión fría y aparentemente objetiva, donde los trabajadores parecen que no existen, se oculta el papel destructivo de la competencia  en el ámbito humano. Después ocurre que estas personalidades como O’Rourke, los burgueses son así de falsos e hipócritas, los vemos continuamente enarbolando la bandera de los derechos humanos.

Leer y entender a Marx

“Un comunista es alguien que ha leído a Marx. Un anticomunista es que alguien que ha entendido a Marx”. Ronald Reagan.

Ronald Reagan no ha leído a Marx. Y si no lo ha leído, no la ha entendido. Pero Ronald Reagan es un anticomunista.  Entonces, ¿cómo puede afirmar lo que afirma? Porque es un ciego anticomunista y un vacuo pensador.

Escasez y economía

“La primera enseñanza de la economía es la escasez: nunca hay suficiente de algo para satisfacer plenamente a todos los que lo quieren. La primera enseñanza de la política consiste en ignorar la primera enseñanza de la economía”. Thomas Sowell.

Sowell, como todos los economistas convencionales, no tiene ojos para ver los excesos que se producen delante de sí mismo y, en consecuencia,  tiene una visión del mundo absolutamente unilateral. La primera enseñanza de la economía es que hay pueblos que viven en la escasez y pueblos que viven en la abundancia, personas que viven en la penuria y en la extrema necesidad y personas que viven en el exceso y en el derroche. Hablar sólo de escasez sin hablar de la abundancia es hablar de forma unilateral y, por lo tanto, de manera falsa.
Cuando Sowell dice que “nunca hay suficiente de algo para satisfacer plenamente a todos los que lo quieren”, no está pensando en una persona con deseos moderados y racionales, sino en el capitalista, cuya característica personal es la de estar poseído por un deseo insaciable de riqueza. Los capitalistas cuanto más tienen, más quieren. Y en general tienen más de lo que necesitan y de lo que pueden consumir. De ahí el fenómeno del derroche. De manera que la primera enseñanza de la política sería en no ignorar que si hay escasez en muchos hogares será porque hay abundancia en otros hogares. De ahí la necesidad de cambiar las relaciones económicas entre los hombres.

26 de mayo de 2006.













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