El dinero y el oro

Permítanme meter la cuchara en este asunto.

La cantidad de dinero circulante, billetes  y monedas,  debe corresponder a la cantidad de oro que debería circular en su lugar.  Así era en un principio. No obstante, en China no se utilizaba el oro como referencia de la cantidad de dinero papel que debía circular, sino cuatro productos básicos de la economía: trigo, hierro y dos mercancías más que ahora no recuerdo. Lo que pone esto de manifiesto es que el valor del dinero papel (del signo de valor) se mide por una o por varios valores de uso que tienen en sí mismo un determinado valor. Y nunca podrá ser de otro modo. No creo que sea obligado utilizar el oro. Se puede utilizar cualquier otro valor de uso. Lo más adecuado hoy día es utilizar varios valores de uso o los valores de uso que sirven para establecer el IPC.

No soy partidario de emplear la expresión “desmaterialización del dinero”, creo que lo correcto es plantearlo como lo hizo Marx: hay que distinguir entre la sustancia del valor y la función del valor. Y como medio de circulación no es necesario usar oro, basta con signos que lo representen. De hecho, y por causa de la adulteración y desgaste de las monedas de oro, la sustancia del valor se separó de la función del valor. Así que creo más acertado hablar de la contradicción entre sustancia del valor y función del valor que de la desmaterialización del dinero.

A este respecto Marx tiene un juicio que expresa muy bien esta contradicción: el oro circula  porque tiene valor, y los billetes y las monedas tienen valor porque circulan. En este último caso el euro, por ejemplo,  deriva su valor de su circulación. Y se puede pensar que su valor depende entonces de la confianza depositada en él por la sociedad. Pero si mañana se produjera una guerra civil, la gente dejaría de tener confianza en el euro. Reconocería en él lo que es en sí, un simple papel, y no lo aceptaría como medio de compra. ¿Qué exigiría a cambio de las mercancías o servicios que vende? Oro, plata y joyas en general. Esto es, exigirían a cambio valores de uso que tuvieran sustancia de valor en sí mismos.

17 de junio de 2009.