Cuando llevo a cabo una reflexión teórica no suelo dar nada por sabido. Intento siempre elaborar los conceptos básicos de la esfera o sector del saber donde se circunscribe la reflexión. Lo haga por varias razones:
Una: No debo suponer que el lector esté familiarizado con el tema sobre el que reflexiono ni que tenga un conocimiento especializado del mismo.
Dos: Hay lectores que estando familiarizados con los conceptos básicos de la temática sobre la que reflexiones, no obstante, puede que en el momento de la lectura no los tenga actualizado.
Tres: Aún incluso si el lector tuviera los conceptos básicos actualizados o tuviera un conocimientos especializado de la temática que nos ocupa, podría suceder que el contenido conceptual que él manejara no coincidiera con el mío.
Y cuatro: Es una manera de evitar estar continuamente elaborando las mismas aclaraciones conceptuales. Las hago de una vez y cada vez que las necesito las pego al final del trabajo que en ese momento estoy elaborando.
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