La concepción materialista y dialéctica del mundo tiene como una de sus premisas básicas la afirmación de que todas las cosas están determinadas históricamente. Así que en el análisis de la cosa, sea el dinero o el Estado, hay que incluir su historia. Se trata de evitar así ese comportamiento filosófico que cuando se enfrenta a las cosas las supone como dadas o como objetos extraños.
“El dinero, la forma común en que se convierten todas las mercancías como valores de cambio, la mercancía general, tiene que existir, a su vez, como una mercancía específica junto a las demás, que no sólo se mide por ellas en la cabeza, sino que se cambia por ellas y tiene necesariamente que trocarse en el cambio real”. El dinero como relación social. Karl Marx.
Todas las mercancías se transforman en dinero y necesitan transformarse en dinero. Las rebajas es la llamada última, la llamada desesperada, para que todas las existencias se transformen en dinero. Si no logran esa transformación, si quedan mercancías sin transformarse en dinero, se demuestra que una parte del trabajo social no ha sido socialmente necesario. Y siempre, y esto es un mal inevitable del capitalismo, queda una parte de mercancías sin vender, esto es, se ha trabajado más de lo socialmente necesario.
En el mundo de las mercancías la contradicción entre lo particular y lo general se presenta en principio como contradicción externa. Todas las mercancías existen como mercancías particulares y el dinero se presenta como la mercancía general. ¿Por qué el dinero es la mercancía general? Porque todas las mercancías se tienen que cambiar por dinero y sólo por medio de ese cambio demuestran que el trabajo social contenido en ellas es socialmente útil. El dinero es el medio universal de cambio.
Pero lo general siempre tiene que cobrar existencia y, en consecuencia, siempre tiene que darse en forma particular. Y así fue: la historia del dinero lo atestigua, el dinero existía originariamente como una mercancía específica o particular, como oro. También la plata desempeño el papel de dinero. Y antes del oro y la plata fueron las cabezas de ganado quienes desempeñaron el papel de dinero. Pero en todo caso se demuestra que lo general necesita de lo particular para cobrar existencia.
En principio habíamos considerado que lo particular y lo general existían separados y se presentaban como oposición externa. Ahora hemos visto que esa posición es inmanente: es la contradicción que vive en su seno el dinero. Y todas las personas, todos los hombres y las mujeres de la tierra, también viven en su seno la contradicción entre lo particular y lo general. Es motor de desarrollo; y también de conflictos.
(Dejo para otra ocasión la reflexión sobre la separación de la sustancia del valor y de su función: cuando el dinero oro fue sustituido por signos de sí mismo)
1 de julio de 2010.
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