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domingo, 4 de junio de 2000

Crítica a Roger Backhouse

Backhouse, en su libro Historia del análisis económico moderno, página 157, dice lo siguiente: “Los defectos de la teoría del valor-trabajo que llevaron a Jevons a reaccionar en contra de Ricardo también están presentes en la obra de Marx. Parece plausible que la principal explicación del compromiso de Marx con la teoría del valor-trabajo resida en sus implicaciones ideológicas. Marx no se limitó a medir el valor por el tiempo de trabajo, pues la plusvalía entrañaba la implicación ética de que los beneficios constituían los frutos de la explotación”.


Vamos a desmenuzar estas ideas de Backhouse en una serie de puntos para saber con claridad y precisión de qué habla. Primero: por implicaciones ideológicas de Marx debemos entender que defendía los intereses de los trabajadores y dañaba los intereses de los capitalistas. Segundo: por dicho motivo, por estar implicado ideológicamente con los trabajadores, Marx defendió la teoría del valor-trabajo. Tercero: al hacerlo así, al defender la teoría del valor-trabajo, Marx no respetó las leyes objetivas de la economía. Hizo ideología y no ciencia. Cuarto: Jevons, al contrario de Marx, elaboró su teoría del valor sin implicarse ideológicamente. Hizo ciencia y no ideología. Y quinto: ¿es posible que un economista siendo objetivo pueda favorecer los intereses de una determinada clase? ¿Cuál es la relación entre ciencia e ideología?

Para aclararnos con fundamentos firmes sobre estos cinco puntos vamos a exponer de forma resumida la teoría de Marx sobre el valor de uso, el valor y el beneficio. Una mesa, por ejemplo, es un valor de uso que satisface una necesidad particular. Para producirla se requiere una determinada actividad productiva. Esta viene determinada por su fin, su modo de operar, sus medios y su resultado. Llamamos trabajo útil al trabajo cuya utilidad se presenta en el hecho de que su producto es un valor de uso. Por lo tanto, en el valor de uso de toda mercancía se encierra una determinada actividad productiva conforme a un fin, esto es, trabajo útil.

Es obvio que Marx concibe el valor de uso como obra del trabajo útil. Creo que es totalmente objetivo. No obstante, respetando la ley objetiva de la creación de valores de uso, favorece claramente los intereses de los trabajadores. Por lo tanto, un economista puede ser totalmente objetivo y, no obstante, favorecer los interese de determinada clase.

.) Hablemos ahora del valor. Supongamos que el carpintero tardó 8 horas en hacer la mesa. Podríamos suponer que el valor creado por el carpintero asciende a 8 horas. Pero no es así. Tenemos conocimiento de que las carpinterías industrializadas producen la misma clase de mesas en 4 horas. De ahí que el valor de la mesa del carpintero sea realmente de 4 horas y no de 8 horas. Es cierto que su trabajo individual asciende a 8 horas, pero sólo representa un trabajo social de 4 horas. Por lo tanto, en el valor de toda mercancía se encierra una determinada cantidad de trabajo social (de trabajo humano abstracto).

Es obvio que Marx plantea que la substancia del valor es el trabajo humano abstracto, el gasto de fuerza de trabajo sin tener en cuenta la forma de su gasto. Creo que está siendo totalmente objetivo. No obstante, respetando la ley objetiva de la creación del valor, favorece claramente los intereses de los trabajadores.  Por lo tanto, vuelve confirmarse que un economista puede ser totalmente objetivo y, no obstante, favorecer los intereses de una determinada clase social.

.) Hablemos ahora del beneficio. Marx dividió la jornada laborar en dos partes. Durante la primera parte el obrero produce su salario y durante la segunda produce el beneficio del capitalista. En el capitalismo ocurre lo que en la época feudal. La jornada laboral se dividía igualmente en dos partes. Durante tres días de la semana el siervo trabajaba en su tierra para sí mismo y durante los tres días siguientes trabajaba en las tierras del señor gratuitamente. Yo creo que aquí Marx vuelve a ser totalmente objetivo. No obstante, respetando la ley objetiva de la creación del beneficio, Marx favorece claramente los intereses de los trabajadores. Vuelve a confirmarse aquí por tercera vez que un economista puede ser totalmente objetivo y, no obstante, favorecer los intereses de determinada clase social.

.) Veamos ahora los planteamientos de Jevons en torno al valor de uso, el valor y el beneficio. Cuando Jevons analiza la naturaleza de la utilidad lo hace bajo el punto de vista del consumidor y no del productor. Su definición de la utilidad es la siguiente: “La utilidad no es una cualidad inherente a las cosas. Se define mejor como una propiedad circunstancial de las cosas que nace de su relación con las necesidades humanas”.

Jevons no habla para nada del trabajo útil. No dice que en el valor de uso de toda mercancía se encierra una determinada actividad productiva conforme a un fin. De hecho afirma que la utilidad brota o nace de la necesidad y no del trabajo útil. Por una parte, es obvio que Jevons no es plenamente objetivo, puesto que no habla para nada del trabajo útil como condición esencial de existencia de los valores de uso. Por otra parte, es obvio que el planteamiento de Jevons favorece los intereses de los capitalistas, puesto que hace desaparecer el protagonismo esencial que tienen los trabajadores en la creación de valores de uso.

.) En lo que se refiere a la naturaleza del valor, el planteamiento de Jevons se resumen en tres de sus ideas. Primera: “hablando sólo de cosas que son transferibles o susceptibles de pasar de mano en mano, observamos que dos de las más claras definiciones del valor reconocen a la utilidad y a la escasez como las cualidades esenciales”. Segunda: “el valor de cambio está definido por la utilidad terminal, por el deseo remanente que nosotros u otros tenemos de poseer más”. Y tercera: “aunque el trabajo nunca es la causa del valor, es en una gran proporción de casos la circunstancia determinante”.

En suma. Jevons plantea que las cualidades esenciales del valor son la escasez y la utilidad, mientras que el trabajo es meramente una cualidad circunstancial. Por lo tanto, es obvio que el planteamiento de Jevons favorece los intereses de los capitalistas, puesto que el papel que le asigna al trabajo en la creación del valor es meramente circunstancial y no esencial. Resumiendo: por una parte, cuando Jevons habla de los valores de uso no menciona para nada el trabajo útil, y por otra parte, cuando habla del valor le asigna al trabajo un papel meramente circunstancial. Es obvio que los planteamientos de Jevons sobre el valor de uso y sobre el valor tienen claras implicaciones ideológicas.

.) Hablemos ahora del planteamiento de Jevons sobre el beneficio. Jevons, citando a Senior, afirma: “Con la palabra Abstinencia queremos expresar ese agente distinto del trabajo y del concurso de la naturaleza cuya concurrencia es necesaria para la existencia del capital y que está en la misma relación con los beneficios que el trabajo con los salarios”.

El capitalista puede hacer con su dinero dos cosas: o gastarlo en su vida personal o emplearlo como  capital. Pero si lo emplea como capital, no puede gastarlo en su vida personal. Por lo tanto, la existencia del dinero como capital sólo es posible por la abstinencia del capitalista. Podemos admitir este conocimiento como cierto (aunque tiene truco)  No obstante, Jevons no explica como la Abstinencia crea el beneficio.

Es obvio que ningún trabajador ha visto jamás en su empresa a la Abstinencia en persona, como un agente más de la producción, al igual que se ven los medios de producción y los propios  trabajadores. (La Abstinencia sí que es un dato inobservable) Y si los economistas utilitaristas saben de su forma de existencia objetiva, que lo digan para asombro de todos. Por lo tanto, es obvio que la teoría de la abstinencia sirve para justificar que el capitalista obtenga un beneficio de su negocio, pero no sirve para explicar  cómo se crea ese beneficio.
        
         23 de julio de 2000

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