Con el propósito de que los miembros de este foro se centren en la filosofía y con la ilusión de provocar la admiración del profundo e inteligente saber de Hegel, me limitaré a transcribirles unas palabras suyas que figuran en el prólogo de su Fenomenología del Espíritu:
“El dogmatismo, como modo de pensar en el saber y en el estudio de la filosofía, no es otra cosa que el creer que lo verdadero consiste en una proposición que es un resultado fijo o que es sabida de modo inmediato. A preguntas tales como cuándo nació César, cuántas toesas tiene un estadio, etcétera, hay que dar una respuesta neta, del mismo modo que es una verdad determinada el que el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los otros dos lados del triángulo rectángulo. Pero la naturaleza de esta llamada verdad difiere de la naturaleza de las verdades filosóficas”.
Sólo se trata de observar que la naturaleza de la verdad no es la misma en todas las esferas de saber. Y se cae en el dogmatismo cuando se conciben las verdades de la filosofía como si fueran de la misma naturaleza que las verdades de la matemática o que las verdades del saber corriente. Y llamo saber corriente al saber que incluye preguntas de la clase que mencionó Hegel, como la de cuándo nació César o cuánto mide de alto este edificio. Y al llamar corriente a este saber no lo estoy menospreciando ni restándole utilidad. Lo llamo corriente porque no se exige un pensamiento elaborado para adquirir esas verdades y porque no es un conocimiento que se obtenga a través de un largo proceso mediador.
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