Los animales tienen que enfrentar dos luchas básicas en su vida: la lucha por los medios de subsistencia y la defensa frente a los depredadores. En el marco de la defensa frente a los depredadores, el mono cercopiteco ha desarrollado un elemental sistema de comunicación. Frente a un depredador aéreo el mono avizor emite una vocalización determinada; el resto de los monos sube a los árboles. Frente a un depredador aéreo el mono avizor emite otra vocalización determinada, tras la cual los monos restantes bajan de los árboles y se protegen entre los matorrales. Y frente a una serpiente, el mono avizor emite otra vocalización determinada, distinta a las dos anteriores, y tras la cual los monos restantes rodean a la serpiente y tratan de expulsarla valiéndose de ramas. La totalidad que aquí estudiamos es la defensa del mono cercopiteco frente a los depredadores, y uno de sus ingredientes, partes o momentos son las tres llamadas de alarma: la del depredador terrestre, la del depredador aéreo y el siseo de serpiente.
¿Cuándo ocurrirá el siguiente paso cualitativo de ese sistema comunicativo del mono cercopiteco en el camino hacia un sistema comunicativo como el humano? Cuando el empleo de las vocalizaciones se haya independizado de los procesos prácticos a los que pertenecen, cuando el mono cercopiteco emita aquellas vocalizaciones sin la presencia de los depredadores. Pero para que este paso se dé se necesita que otras premisas, como el modo de la necesidad y de la satisfacción, también se desarrollen. A este propósito no está de más escuchar a Hegel: “El animal tiene un círculo limitado de medios y modos para satisfacer sus necesidades igualmente limitadas. Incluso en esta dependencia el hombre muestra al mismo tiempo que va más allá del animal y revela su universalidad, en primer lugar por la multiplicación de las necesidades y los medios para su satisfacción, y luego por la descomposición y diferenciación de las necesidades concretas en partes y aspectos singulares, que se transforman de esta manera en distintas necesidades particularizadas y por lo tanto más abstractas”. Atención a las siguientes palabras mágicas que explican la diferencia cualitativa entre el hombre y el animal, y no en el ámbito del lenguaje sino en el de las satisfacciones de las necesidades y en el modo de hacerlo: ¡multiplicación, descomposición, diferenciación, particularización y abstracción!
20 de enero de 2003.
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